Estaba yo en el Falla viendo al Kichi vestido de Santo y sentí envidia porque un comparsista de verdad sea alcalde y no como en Córdoba que son los típicos aprendices de chitigoteros que se conforman con cantar en preliminares y que no les den un telonazo. Luego pensé que iba disfrazado con su único tipo ganador y que en las elecciones quedó segundo como los mendas o los currelantes. Pero estaba yo tan contento viendo al Ares de verdad que le cantó al Cádiz antiguo que hasta me recordó al de Esto es Carnaval cuando Subiela no era ni el director de su comparsa. Y se me cayó la lagrimilla de mi juventud pensando en que podría hacer una lista con sus diez mejores pasodobles, en Yutú salen 25 pero yo soy más de Abesé y de los diez mejores bares donde desayunar o de los sitios donde es un placer desayunar o si está en auge la imaginería cordobesa que ellos lo saben y no sueltan prenda hasta el día 10 los tíos, que les gusta más el suspense que al jurado que dejó fuera a Martín.
Luego me mandaron un mensaje y me dieron la noche lolosedista de pesadilla rematada con Tovar. La cuadrilla de mi Señor anda cortita con sifón. El cambio de capataz se ve que no ha sentado bien y ahora esta la cosa más apretada que los puntos entre los invencibles y la comunidad. Así que sólo nos queda esperar y pensar que el resto de la cuadrilla estaba viendo la final o que los que hay tirarán pa´lante con valor como antiguamente dicen que hacían. Dicen hasta que suspendieron el ensayo y en otros sitios sobra gente, así que si se confirma el tema es mejor que donde haya muchos presten unos poquitos y entre todos arrimemos el hombro. Además que no son los primeros que pedirían que un hermano mayor pidió un gesto de unidad hace unas semanas para que cada cofradía emprestara un par de chavales pa´salir de hebreos. El periodista lo pintó como un bonito gesto cuando tenía que haber dicho que estaban fritos, tratándonos a todos de desmemoriados por no decir otra cosa, como si no recordaramos la procesión de un año pa´otro.
Juan Antonio Martínez Aragón
Recordatorio Desde el Gallinero: ¡Cuánto te he echado de menos!