Jesús Pérez Vera. El pasado lunes 8 de febrero, fue presentado en el Ayuntamiento de Sevilla el cartel de las Fiestas de Primavera de 2016. El autor es el pintor y escultor sevillano Ricardo Suárez, gran experto cartelista que cargado una obra de simbolismo con esta pintura que está realizada en acuarela y lápiz graso sobre papel,
En palabras de Ricardo Suárez, la obra resume "a modo de caligrama" una serie de citas pertenecientes a textos de autores como Fernando Villalón, Luis Cernuda, Gustavo Adolfo Bécquer, Rafael Montesinos, Federico García Lora, Joaquín Romero Murube o Antonio Rodríguez Buzón. Siguiendo, que todas estas frases definen "un retablo contemporáneo donde un escogido y sintético programa iconográfico, qque simboliza y representa a la ciudad, y construyen la imagen que anuncia a las Fiestas de Primavera de este año".
Además, la obra acoge una serie de simbolismos, como un grupo de nazarenos de la Hermandad de San Gonzalo, metáfora de un río blanco de capirotes; la portada de la Feria de Abril como símbolo de lo efímero; una bombilla apagado y una calavera representando la fragilidad de nuestro paso por la vida y con las que el pintor pretende "recuperar y actualizar el discurso de Valdés Leal dejó plasmado en sendos cuadros de Las Postrimerias, en la Santa Caridad". También está representados San Leandro y San Isidoro, simbolizando el origen cristiano de la ciudad antes de la invasión musulmana, junto con la madeja; el cuerpo de campanas de la Giralda, unos lunares que representan la importancia de la mujer en las Fiestas de Primavera o un toro y un burladero como tributo a la fiesta nacional.
Este cuadro le ha servido al pintor para homenajear a varias corporaciones de la ciudad, pintando el Simpecado de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sevilla, como homenaje a las cincos hermandades que peregrinan a la romería de Almonte, el rostro de la Virgen de la Esperanza Macarena, en suma de un discreto homenaje a la Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla con las Cinco Cruces de Jerusalén, al puente de Triana, y a la Santa Caridad como devoción al Venerable Miguel Mañara. Como punto final, la firma de Miguel de Cervantes recuerda que este año se celebra el 400 aniversario de su muerte.
Este cuadro le ha servido al pintor para homenajear a varias corporaciones de la ciudad, pintando el Simpecado de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sevilla, como homenaje a las cincos hermandades que peregrinan a la romería de Almonte, el rostro de la Virgen de la Esperanza Macarena, en suma de un discreto homenaje a la Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla con las Cinco Cruces de Jerusalén, al puente de Triana, y a la Santa Caridad como devoción al Venerable Miguel Mañara. Como punto final, la firma de Miguel de Cervantes recuerda que este año se celebra el 400 aniversario de su muerte.
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