Blas J. Muñoz. Si el patrimonio inmaterial que nos ofrecen las cofradías es sumamente rico, poliédrico y, en consecuencia, lleno de matices, no es menos cierto que algunas piezas tangibles que atesoran las mismas tiene el doble valor de lo emocional y su calidad artística intrínseca. Este es el caso de la pieza que, coincidiendo con la celebración del Quinario del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, ha recibido en donación la Hermandad de la Hiniesta.
Se trata, nada más y nada menos, de una Cruz de Guía, en color negro caoba y orfebrería de plata, realizada por Marmolejo. La misma contiene todos los atributos pasionistas y su tamaño es inferior al de las actuales cruces de guía que podemos observar en la mayoría hermandades. Datada en el siglo XVII, la pieza se asemeja por sus medidas a la cruz que portan los penitentes.
Una más que valiosa donación realizada por el hijo de la familia del Marqués de Granja, a la cual pertenecía. Toda vez que no es la única obra que la corporación de San Julián ha recibido en fechas recientes y que vienen a engrosar su ya rico acervo patrimonial.
Palio Sacramental
Así las cosas, otro de los nuevos y preciados enseres con que cuenta la cofradía del Domingo de Ramos, no es otro que un nuevo Paño para su Palio Sacramental, el cual es muy reconocible gracias a su utilización tanto para la Procesión Claustral como del Santísimo en las procesiones Eucarísticas.
La pieza está elaborada en tisú dorado de damasco, toda vez que contiene una cruz de galón de oro y sus respectivas borlas. El grupo de Hermanas del Ropero de la Hiniesta se ha encargado de realizarlo, mientras que esta generosa donación se debe al cofrade de la corporación, Jorge Olmedo.
Recordatorio Las mujeres de la Hiniesta