Juan Pérez. Como les informábamos el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla, a propuesta de Ciudadanos, aprobaba la concesión de la Medalla de Oro de Sevilla a la Hermandad del Buen Fin. También se daba luz verde a la declaración de que el Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin, sea considerado "Entidad de Utilidad Pública Municipal", apreciando para ello los reconocidos servicios de atención gratuita a menores nacidos con discapacidad que viene prestando desde hace 33 años -se señalaba desde la cofradía".
Lo más llamativo de la votación era la posición de Izquierda Unida. Cualquiera pensaría que la sensibilidad de un partido declarado de izquierdas apoyaría la labor desempeñada con niños discapacitados antes que con la concesión de la Medalla de Oro, pero fue al revés y su voto favorable fue a parar a la Medalla. Bienvenido sea.
Pero no deja de ser curioso viniendo de un partido en el que uno de sus concejales llamó en su día "muñecos" a las Imágenes Sagradas y que no hace mucho se desvivía por culpa del ruido de las campanas de San Gonzalo. Hay quien podría pensar que son decisiones que se basan en un doble juego político, con el que sus miembros son como esos capataces veteranos que por más cerca que tienen la retirada no la quieren ver.
Llama la atención ese voto a una cosa y a la otra no y más después de intentar forzar que no haya representación oficial en la procesión de la Virgen de los Reyes y en otros actos cofrades que son más que tradicionales en la ciudad. Un extraño juego que no conseguimos descifrar.
Llama la atención ese voto a una cosa y a la otra no y más después de intentar forzar que no haya representación oficial en la procesión de la Virgen de los Reyes y en otros actos cofrades que son más que tradicionales en la ciudad. Un extraño juego que no conseguimos descifrar.