Juan Pérez. Hace unas semanas conocíamos como una hermandad cordobesa, la de la Sangre, cambiaba de formación musical. A la cofradía había venido acompañándola la BCT Esencia estos últimos años y la corporación se veía obligada a cambiar de formación, escogiendo a la Banda de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista de Triana.
El acuerdo alcanzando con la formación trianera abre un nuevo capítulo para una banda que cuenta con más de dos décadas de historia. Veintidós años en los que ha ido creciendo musicalmente y que tuvo uno de esos momentos que se llaman culminantes con la incorporación de Sergio Larrinaga (Cádiz, 1975).
Un director y compositor con experiencia y sabiduría (no obstante ha dirigido a Bandas como las del Rosario de Cádiz o Presentación al Pueblo de Dos Hermanas, entre otras) que dejaba en Triana un poso de sabiduría y modernidad tan necesario en el panorama de la música procesional actual. Y que repercutía proporcionalmente en San Juan Evangelista.
Con más de veinte años a sus espaldas y con cambios, recientes y dolorosos en su organigrama técnico, San Juan Evangelista continúa su andadura con nuevas perspectivas que hacen mirar con ilusión al futuro para recordar que, a mediados de los noventa del pasado siglo, Pureza tuvo y tiene dos bandas.
