Es un hecho bastante frecuente y que se suele interpretar como positivo en nuestras hermandades. Hago alusión a la presencia de jóvenes en juntas de gobierno de nuestras cofradías. Jóvenes de dieciocho a veintitantos años que posan orgullosos -justificadamente- en los "retratos de familia" habituales en las tomas de posesión de sus respectivas juntas. Signo de renovación, savia nueva, vitalidad, relevo garantizado, etcétera.
Curiosamente se está convirtiendo en frecuente que los jóvenes tengan mayor peso en la configuración de los órganos de gobierno de nuestras hermandades de las que, progresivamente, están desapareciendo las personas de cincuenta, sesenta y setenta años. Se nos va la gente de experiencia, la que debería formar a los jóvenes así como la de asesorar a la organización en las decisiones de mayor calado y relevancia, cuando no de ser los responsables máximos de las propias juntas de gobierno.
No parece cuadrar mucho la cosa, ¿no es así? ¿Por qué las personas que, teóricamente, disponen de más tiempo libre por su situación laboral (prejubilados o jubilados) desaparecen en tantos casos de los puestos de responsabilidad de las cofradías? ¿Estaremos achicharrando a generaciones y generaciones de cofrades que entran muy jóvenes a trabajar por sus hermandades y que pierden la ilusión y las ganas de continuar en su labor callada ante una excesiva carga de trabajo y/o responsabilidad? ¿Tenemos garantizado el futuro de nuestras hermandades?
No parece cuadrar mucho la cosa, ¿no es así? ¿Por qué las personas que, teóricamente, disponen de más tiempo libre por su situación laboral (prejubilados o jubilados) desaparecen en tantos casos de los puestos de responsabilidad de las cofradías? ¿Estaremos achicharrando a generaciones y generaciones de cofrades que entran muy jóvenes a trabajar por sus hermandades y que pierden la ilusión y las ganas de continuar en su labor callada ante una excesiva carga de trabajo y/o responsabilidad? ¿Tenemos garantizado el futuro de nuestras hermandades?
Marcos Fernán Caballero
Foto Antonio Poyato