Fernando Castro. El tiempo va transcurriendo y lo prometido es deuda. Aunque en el seno de las Hermandades, nunca se descansa, los primeros días de septiembre, son determinantes para volver a poner en marcha el nuevo curso cofrade, cargado de proyectos e ilusiones. Ahora que el hastío verano está llegando a su fin, y tras intensos días de trabajo y numerosas reuniones, es la Agrupación de Cofradías la que nos presenta su más deseado y ambicioso proyecto, un traslado definitivo y a mi entender acertado de la Carrera Oficial, que lleva implícito nada más ni nada menos, que la llave de cambio del futuro de nuestras Hermandades y Cofradías, de la Semana Santa Cordobesa en sí y de la Ciudad como proyección hacia fuera.
Quizás fuera el Via Crucis Magno, o por qué no decirlo, la propia madurez cofrade de las personas que componen el seno de nuestras Hermandades en la actualidad, la que de alguna manera, está dando el pistoletazo de salida y ha puesto de manifiesto todo su ímpetu en un cambio oportuno y necesario de cara a la celebración de las Estaciones de Penitencia. Por parte de la Hermandad del Perdón y su Junta de Gobierno, la noticia llega con aire esperanzador, pues ya fue estudiado en su día el paso por el interior del Templo Mayor de la Ciudad, y no cabe duda de que sólo éste, es el verdadero significado de trabajar e ilusionarnos por un nuevo Miércoles Santo.
La agrupación de Cofradías ha hecho su trabajo a base de recoger opiniones y propuestas. Ahora, la decisión estará en nuestras manos, en las personas que conformamos las corporaciones religiosas, pues tendremos que implicarnos dirigiendo nuestro esfuerzo, hacia un nuevo cambio de itinerario y recorrido, que no será más, que el comienzo de un futuro mas que acertado, del que estoy seguro verá su fruto, desde sus primeras ediciones y que proyectará a Córdoba y su Semana Santa de una vez por todas como se merece.
En definitiva, se encuentra en nuestras manos el diseño de una Nueva Semana Santa Cordobesa, alrededor de un entorno del que históricamente nunca nos debíamos haber alejado.