Esther Mª Ojeda. A lo largo de los últimos días, hemos ido recuperando parte de la historia de algunas hermandades y titulares en particular, remontándonos a los orígenes que dieron lugar a arraigadas devociones y retomando incluso algunas de las fotografías más antiguas y desconocidas de las imágenes, desmontando así a menudo con su pasado el concepto actual que se tiene de ellas y sacando a la luz los distintos períodos que marcaron un progreso.
En este sentido, la popular y sevillana Hermandad de Las Cigarreras facilita considerablemente la labor de aproximarse a los años más remotos de la corporación gracias a la sección incluida en su página oficial y denominada “El Ayer” y donde en ocasiones se adjunta una gran variedad documental, véase el Libro de Actas que recogía un momento de tanta relevancia histórica como el juramento de Alfonso XIII como Hermano Mayor de la cofradía en 1904, acto para el que se procedió al traslado de la titular mariana a la Capilla de la Real Fábrica de Tabacos.
Haciendo igualmente honor al título del apartado, la hermandad compartía asimismo la fotografía más antigua de María Santísima de la Victoria de la que se tiene constancia, realizada, según las estimaciones, en la década de 1880. De ella se sabe que fue realizada por el fotógrafo sevillano Emilio Beauchy Cano, quien continuó con la profesión que al parecer venía de familia y que ejerció primero en la célebre Calle Sierpes y más tarde en La Campana y la Calle Rioja. Sus populares instantáneas le valieron la fama en los últimos años del siglo XIX y, con ella, el reconocimiento de la Hermandad de las Cigarreras que, según las antiguas cuentas de la corporación, contaba con Beauchy como su fotógrafo principal.
Sin embargo y a pesar de la antigüedad demostrada, no es la única imagen capaz de captar nuestra atención sobre la Virgen que tantas veces se ha atribuido a Juan de Mesa. Es el caso del transcurso de la Virgen de la Victoria por la Calle García de Vinuesa ante un expectante público a la espera del paso de la dolorosa o tantas otras coloreadas de una forma, cuando menos, curiosa a las puertas de la Fábrica de Tabacos acompañada de cortejos de nazarenos que guardaban entre sí una distancia mucho más acusada de lo que es habitual actualmente.
Y estos, son solo unos ejemplos del extenso álbum de fotografías en blanco y negro que más de una vez retrataban a la Virgen con la estética característica de la época en la intimidad de su camarín desde el que presidía, años ha, la Capilla de la ya citada fábrica que posteriormente pasó a ser la Universidad o la sucesión de imágenes realizadas entre 1910 y 1920 y aportadas por la hermandad en la misma sección ofreciendo las diferentes perspectivas del hermoso rostro de la Virgen cuya tradición comienza con la conquista de Málaga por parte de los Reyes Católicos.
