Estamos acostumbrados a relacionar la celebración de una fecha conmemorativa, ya sea en el ámbito de las hermandades, de organizaciones religiosas, o de la propia Iglesia, con una salida extraordinaria o, en su defecto, con una procesión magna. Craso error, qué duda cabe. De un tiempo -un lustro aproximadamente- hasta ahora, los cordobeses hemos asistido a un aluvión de procesiones fuera de Semana Santa, las cuales podrían denominarse 'ordinarias', dada la frecuencia con la que últimamente se están organizando. Y es que, desde el citado periodo, alrededor de una quincena de hermandades -de las treinta y nueve penitenciales- han realizado este tipo de salidas por motivos de diversa índole, ciertos de dudoso fundamento, si bien algunas de éstas no pudieron materializarse a causa de la climatología; todo ello, sin contar con las tres procesiones magnas celebradas en menos de dos años.
En resolución, existen otras vías para solemnizar determinadas efemérides, no todo se tiene que basar en sacar un paso a la calle, que más bien parece intención de quitarse ese 'mono' de Semana Santa que de verdaderamente conmemorar un aniversario. Hay excepciones, como en todo, claro está. Al igual que hay excepciones entre las corporaciones que optan por explorar otras alternativas, tales como actos cultuales, certámenes de bandas o exposiciones patrimoniales. Esto último lo llevará a la práctica la Archicofradía de la Vera Cruz, corporación que, sin estar directamente ligada a la advocación de la 'Misericordia', ha formado una comisión con objeto de llevar a cabo una magna muestra con la cual se clausurará este Año Santo.
A simple vista puede resultar una mera exposición donde, del mismo modo que suceden en otras tantas, difícilmente se verá más que unas cuantas insignias, un par de piezas del ajuar de las tallas, un puñado de escritos históricos y, con suerte, las andas procesionales. Se equivoca, querido lector, si así es su pensamiento, pues la muestra no solo no contará con la participación única de la mentada hermandad, sino que las cofradías de la Vera Cruz de la Diócesis de Córdoba colaborarán para tal efecto; tanto así, que trasladarán a sus Titulares hasta un marco incomparable, como lo es la Santa Iglesia Catedral. De esta manera, podremos conocer de primera mano a auténticas joyas de la imaginería, que abarcan desde siglos pretéritos y hasta la contemporaneidad, y que se componen de ocho crucificados, dos nazarenos, dos cautivos, un amarrado a la columna, tres cruces procesionales, así como diversos lignum crucis.
No quedan más que palabras de felicitación y agradecimiento a la corporación del Campo de la Verdad por arriesgar ante este proyecto y, sobre todo, por permitirnos descubrir una parte de nuestra provincia.
Antonio Botella
Foto Hermandad de la Vera Crux