Juan Gravina. Demetrio Fernández, obispo de la diócesis de Córdoba, ha visto como la Fiscalía ha archivado la denuncia y el escrito presentados contra él, por la realización de unas presuntas declaraciones homófobas. El archivo de la misma se ha producido debido a la considerada “proscripción de causas penales generales”, es decir, como consecuencia de haberse realizado una denuncia generalista que no describía un hecho punible concreto y determinado.
La primera denuncia presentada ante la Fiscalía de Córdoba fue interpuesta por un particular, Rafael Bueno Redondo. En la misma se recogía unas manifestaciones del obispo, en las que el sucesor de Osio calificaba de “bomba atómica” a la ideología de género. Por tal motivo el denunciante, presentaba a la fiscalía tales declaraciones como delitos de incitación al odio.
A la anterior se vino a sumar la comunicación emitida por el diputado socialista Antonio Hurtado. En la misma reclamaba a la Fiscalía investigar al obispo por las supuestas declaraciones ofensivas reiteradas del prelado hacia el colectivo de homosexuales, transexuales y bisexuales, las cuales el diputado consideraba vulneraban el respeto de los anteriores.
Cabe recordar que, según la última reforma del Código Penal, el delito de incitación al odio y a la violencia prevé penas de hasta cuatro años de cárcel a quienes “distribuyan, difundan o vendan escritos” que fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia. Ahora, ambas denuncias han resultado finalmente archivadas.