José Barea. A estas alturas ya a nadie sorprende la indudable aportación de las Hermandades a causas sociales. Muchas son las Cofradías que a lo largo del año realizan actividades como recogidas de alimentos, de juguetes o campañas de donaciones de sangre o de médula, que a buen seguro alivian las carencias, sean de la índole que sean, de nuestra castigada sociedad.
De igual forma sucede en el terreno de las bandas que acompañan a los pasos en Semana Santa. Precisamente, el pasado sábado 22 de octubre tuvo lugar en Ciudad Real el concierto benéfico “Sones contra el cáncer infantil”, donde se dieron cita cuatro prestigiosas formaciones musicales para recaudar dinero para luchar contra el cáncer infantil. Así las cosas, la A.M. Virgen de los Reyes, la A.M. Santo Tomás de Villanueva de Ciudad Real, la A.M. Pasión de Linares y la A.M. Redención de Córdoba pusieron su música en el Paraninfo de la UCLM.
La formación cordobesa tuvo un detalle de esos que hacen ver que estamos ante una agrupación musical especial, de una categoría humana incalculable. Una vez en Ciudad Real los dirigentes de la Redención de Córdoba obsequiaron a Manuel, un niño afectado por la enfermedad, con el uniforme de su formación, unas baquetas para tocar el tambor, así como la medalla de la Cofradía del Lunes Santo cordobés. Además, en el tweet que ilustra el detalle a través de fotografías, la banda de la Huerta de la Reina cita a Manuel para el próximo Lunes Santo, cuando a buen seguro los responsables de la agrupación han invitado al pequeño a disfrutar tanto de los sones musicales de la Redención como del elegante caminar de su titular.
Un gesto sin duda digno de elogiar, y que denota una capacidad de entrega y sacrificio que casa a la perfección con la esencia cristiana que se nos presupone a todas las entidades que estamos relacionadas, de una manera u otra, con el orbe de las Hermandades. A opinión del que les escribe, no basta con tener una calidad musical exquisita y un repertorio amplísimo, sino que un componente esencial para una banda de Semana Santa es que esté compuesta por buenas personas. Ejemplos como el de Redención, así como los de todas las formaciones que participaron en este concierto y en otros de la misma índole, dan buena cuenta de esa calidad humana, y deberían servir para que este tipo de eventos se multiplicaran exponencialmente, y que así convirtamos la religiosidad popular en un poderoso instrumento de igualdad social y solidaridad. Y pequeños gestos como el de Redención hacen que a uno se le ponga el nudo en la garganta y, si ustedes me lo permiten, hacen que uno también se sienta un poquito de esa maravillosa agrupación musical. Un aplauso para todos ellos.