Raquel Medina. Fue en la década de los 50, cuando Fray Albino González y Menéndez Reigada proclamaba a Nuestra Señora de Araceli, Patrona del Campo Andaluz. Fue a partir de entonces, cuando se comenzó a ofrendar los frutos de la tierra labrada a la Santísima Virgen.
En aquella época se realizaban dos ofrendas, la primera del año, el día 2 de febrero, donde se le hacía entrega de aceite; y el día 14 de octubre, de uvas. En la actualidad ya no son en dos ocasiones, sino en una, realizada precisamente el pasado domingo.
La encargada de realizarla fue María Dolores López Civantos, camarista de la Patrona de Lucena durante más de 30 años, quien como siempre se sintió agradecida a la Virgen. En esta ocasión por "las lluvias de estos días que harán fértiles las tierras que dan alimento y trabajo a tantas familias".
La ofrenda estuvo enmarcada en la eucaristía dominical en el Real Santuario de la Sierra de Aras, estando la sagrada cátedra ocupada por el Vicario Episcopal de la Campiña. Fue una misa que contó con representantes del Ayuntamiento, Cofradías, Colegio de Abogados, Juzgados de Lucena, así como otras instituciones.