Carlos Gómez. Hoy no ha sido un día cualquiera en la iglesia del Buen Pastor de Córdoba. El día de la hispanidad se ha convertido en un todo acontecimiento singular para los hermanos del Perdón, porque María Santísima del Rocío y Lágrimas, la hermosísima dolorosa de Francisco Romero Zafra, ha recibido el cariño sincero de su legión de fieles y devotos que han acudido a su presencia para rendirle pleitesía, entregarle su amor y besar su mano. Una jornada a la que se ha sumado el hecho excepcional de que la Reina de la Judería ha estrenado dos piezas para su creciente e interesante ajuar, un manto de terciopelo burdeos donado por sus camareras y una peana realizada por Rafael González.
Además del manto, la Virgen, maravillosamente vestida por Antonio Villar, ha lucido la saya azul celeste bordada que la corporación adquiriese en un anticuario y se ha presentado al pueblo de Córdoba ante un magnífico exorno floral en tonos rosa palo y ocre lo que conformado una escena excepcional. Una ocasión única para precipitarse en el inabarcable océano de su mirada y alimentarse del maná del Cielo que rocía el espíritu de quien se acerca para besar su mano, tal y como evidencia este excelente reportaje de Rocío Vera Porcuna, hermana de la corporación, que ha querido dejar testimonio gráfico del evento a través de esta crónica gráfica.