Artículos, opiniones y comentarios inundan las redes sociales y nos muestran una más que curiosa radiografía de los personajes que habitan en nuestra sociedad. A través de ellos podemos observar las diferentes tendencias o corrientes que nos rodean, siendo estas tan dispares que aquel que sea capaz de discernir, puede enriquecerse enormemente o convertirse en un mero seguidor de tendencias. Lo más curioso es que la red, ha conseguido que seamos muchos los que opinemos y lo hagamos desvelando libre y espontáneamente aquello que se nos pasa por delante, aquello a lo que antes sólo tenían acceso nuestros más allegados familiares, amigos o compañeros. La facilidad de transmitir los pensamientos hace que en determinados momentos de ofuscación o de alegría salte la espoleta del autocontrol y lo que antes eran palabras que se llevaba el viento, ahora son caracteres que dispara el dedo. En tan sólo un segundo, nuestro comentario íntimo, reservado, se convierte en público, nuestro pensamiento primitivo se vuelve palabra, siendo a veces inapropiados de personas que se consideran morales, estables y civilizadas.
Supongo que es algo que se está produciendo a lo largo y ancho de ese mundo que se hace llamar desarrollado. Si centramos la mirada en nuestro país, en sus habitantes y en sus comentarios, entenderemos más que nunca ese eslogan que hace años publicitaba el turismo de nuestro país “Spain is different” y sí que lo es señores, sirva como muestra un botón, o varios:
Único país donde las expectativas económicas crecen aun sin tener gobierno, auge de la identidad nacionalista en un mundo cada vez más global, voces que piden el respeto a la vida animal a la vez que desean la muerte de un niño enfermo, tan sólo por querer ser torero, políticos extremistas que se abren a la tolerancia de lo foráneo mientras llenan las redes de intransigentes comentarios hacia la cultura autóctona o a la religión mayoritaria del país, personajes que quieren desvincular las festividades de las celebraciones religiosas, pero también ven mal celebrar el día de la hispanidad pues conmemora, según ellos, el inicio de un genocidio, o porque no ven a España como su nación, a pesar de ser el país que los sustenta, cofrades que prefieren convivencias festivas a convivencias espirituales, fieles que salen tras los pasos y se echan en falta otros días extraordinarios, y así un largo etc.
En fin, como verán las contradicciones llenan nuestras calles y también la vida cofrade, lo que nos hace ver que las cofradías son órganos vivos de la sociedad y por tanto un fiel reflejo de la misma con sus virtudes, comentarios, opiniones y defectos.
Manuel Orozco