Carlos Gómez. En un nuevo paso en el intenso devenir desarrollado por nuestro compañero Benito Álvarez por los rincones del corazón de Sevilla, consagrado más que nunca para regalar su devoción a la Madre de Dios, su caminar le llevó frente a Nuestra Señora de la Soledad de San Buenaventura que recibió el cariño de sus fieles que a Ella se acercaron para besar su mano.
Referencia histórica
Se trata de una imagen de candelero para vestir tallada en 1851 por el profesor e imaginero Gabriel de Astorga y Miranda (hijo de Juan de Astorga). Es una talla muy expresiva cuya mirada dirige hacia el cielo, las cejas se encuentran alzadas y la boca entreabierta. Ejecutada en madera de cedro y policromada, fue bendecida el día 11 de Abril de 1851 en función solemne, realizando su primera salida procesional al año siguiente. La Virgen de la Soledad procesionaba de rodillas hasta el año 1954, en el que Sebastián Santos Rojas le confeccionó un candelero para colocarla de pie, colocándole nuevas manos al tiempo que le retalló el cuello. En 1967, Manuel Domínguez Rodríguez le realiza un nuevo candelero y también las manos actuales.
Tras serle detectada varias deficiencias que requerían una urgente intervención, El lunes 29 de abril de 2013 la Hermandad aprueba en Cabildo General Extraordinario la restauración de la Dolorosa encomendando al profesor y restaurador Pedro Manzano Beltrán la ejecución de los trabajos consistentes, principalmente, en la desinsectación por plaga de xilófagos, limpieza de policromía y ejecución de un nuevo candelero y articulaciones en los brazos.
La Imagen de Nuestra Señora recibe culto en el primero de los altares a la derecha del altar mayor de la Iglesia Conventual de San Buenaventura. Tras la Dolorosa se encuentra la primitiva Cruz de Caño Quebrado.
Durante la Cuaresma se celebra Triduo en su honor, terminando los cultos con la Función Principal de Instituto. El día 8 de Diciembre se celebra el solemne besamanos de Nuestra Señora.
Nuestra Señora de la Soledad se representa en su “paso” al pie de la cruz con escalera y sudario, siendo nuestra Hermandad la primera en Sevilla en mostrar el misterio de la Soledad de María, Sola y al pie de la Cruz.
Gabriel de Astorga y Miranda – El Imaginero
Segundo hijo del célebre Juan de Astorga, nacido en 1804. Siguió la vocación de su padre y, después de un periodo de aprendizaje en el obrador paterno, ingresó en 1827 en la Real Escuela de las Tres Nobles Artes. Tras recibir una serie de premios a su trabajo por parte de la mencionada entidad, fue nombrado miembro de mérito de la misma en 1848, y al morir su padre se hizo cargo temporalmente del puesto de Director de la Sección de Escultura.
Pese a la fama y al prestigio de los que gozó durante toda su trayectoria, hasta el punto de ser calificado como uno de los imagineros sevillanos más importante de la segunda mitad del siglo XIX. A pesar de su discreción, es de justicia reconocer que supo cumplir con dignidad los encargos cometidos, llevando a cabo unas creaciones de fuerte sabor popular que supieron conectar fácilmente con el público. Falleció en el año 1895.
Al igual que su padre, se especializó en la talla de imágenes marianas. Sin embargo, su estilo, inmerso dentro del eclecticismo, en palabras del historiador de arte Jorge Bernales Ballesteros, nos ofrece Vírgenes más maduras y abundantes en carnes que las de su progenitor. En el caso de las Dolorosas, el sufrimiento se interioriza y se agudiza el rictus de dolor con detalles como un mayor fruncimiento de las cejas que en las creaciones de Juan de Astorga.