Carlos Gómez. Era un secreto a voces que algunos se han empeñado en negar sistemáticamente mientras otros filtraban a sus amigos como si no hubiese un mañana. El cuento de siempre, con vergonzosas filtraciones vía whatsapp procedentes en ocasiones de las más altas esferas -he dicho las más altas- y en otras vía cotilleo de peluquería o cortijo, aprovechando que la discreción, la honorabilidad y la honradez no es un don que Dios haya repartido por igual entre los seres humanos. Al final ha cantado el gallo exactamente por donde todos sabíamos que cantaría, o casi todos.
Sea como sea, parece al fin llega el ocaso de las luchas palaciegas intestinas que tanto aburren al personal, a falta de que el Señor Presidente y su séquito se dignen a informar a las hermandades del Miércoles Santo qué es exactamente lo que piensan hacer con la Piedad de las Palmeras, mientras desde el Ayuntamiento se lanzan fuegos de artificio como si sus quejas por la tardanza no estuviesen descontadas de antemanos y el común de los mortales no fuese consciente de que no son más que pseudopataletas de cara a la galería.
Al grano. Una de las jornadas que mayor complicación ha entrañado para que se logre alcanzar un acuerdo y encajar las piezas ha sido el Lunes Santo cuya complejidad, como hemos repetido hasta la saciedad, obedece a la considerable distancia que dos de las corporaciones implicadas han de recorrer hasta llegar a la Santa Iglesia Catedral y la existencia de dos hermandades de silencio, con su propias peculiaridades que han intentado preservar hasta el último instante.
Sea como sea, parece al fin llega el ocaso de las luchas palaciegas intestinas que tanto aburren al personal, a falta de que el Señor Presidente y su séquito se dignen a informar a las hermandades del Miércoles Santo qué es exactamente lo que piensan hacer con la Piedad de las Palmeras, mientras desde el Ayuntamiento se lanzan fuegos de artificio como si sus quejas por la tardanza no estuviesen descontadas de antemanos y el común de los mortales no fuese consciente de que no son más que pseudopataletas de cara a la galería.
Al grano. Una de las jornadas que mayor complicación ha entrañado para que se logre alcanzar un acuerdo y encajar las piezas ha sido el Lunes Santo cuya complejidad, como hemos repetido hasta la saciedad, obedece a la considerable distancia que dos de las corporaciones implicadas han de recorrer hasta llegar a la Santa Iglesia Catedral y la existencia de dos hermandades de silencio, con su propias peculiaridades que han intentado preservar hasta el último instante.
Como ya adelantamos en Gente de Paz, en una maratoniana reunión, de más de tres horas de duración, celebrada en la casa hermandad de la Merced en la noche del pasado jueves 1 de diciembre, las seis corporaciones alcanzaron un principio de acuerdo que debería ser sometido a análisis, valoración y, en su caso, aprobación por las respectivas juntas de gobierno implicadas. Un principio de acuerdo que establece un orden de paso que algunos de los implicados no quisieron que se hiciera público pero que otros no han tenido reparo alguno en airear, pasándose por el forro la aconsejable prudencia que debe imperar en este tipo de negociaciones, y que implica que Vera Cruz, Merced, Sentencia, Estrella, Vía Crucis y Ánimas discurrirán por este orden por la Carrera Oficial el próximo Lunes Santo.
Esa es la certeza de que se dispone en estos momentos. Esa, que la voluntad de acuerdo ha permitido que el consenso se alcance y que mientras unos han guardado un prudente silencio, otros se han colgado las medallas a través de sus medios amigos que se han apresurado en aplaudir "su esfuerzo". Ahora habrá que concretar los itinerarios parciales que deberán aprobar cada una de las corporaciones con vistas a que el infierno en el que nos hallamos hastiados de informaciones que hablan más de política -de las más bajo nivel- que de cofradías.
Foto Antonio Poyato