Juan Gravina Ponce. Corría el 3 de mayo de 1939. El Señor de Sevilla abandonaba la Parroquia de San Lorenzo en la que entonces residía sobre el paso procesional que para Él tallase Francisco Antonio Ruíz Gijón. Jesús del Gran Poder salía en procesión extraordinaria hacia el primer templo de la ciudad hispalense, donde se celebraría un Triduo Sacro. El motivo de celebración no era otro que dar gracias por el fin del conflicto civil que desde 1936 hasta el 1 de abril de 1939 tuvo al país en las trincheras. El día 7 de mayo, Jesús del Gran Poder volvería a su barrio desde la Catedral.
El pasado mes de noviembre de 2016, 77 años después de aquella ocasión, el impresionante Nazareno de Juan de Mesa volvió a las calles de Sevilla fuera de la Madrugá con motivo del Año de la Misericordia. Un día en el que Él me permitió verle cara a cara, precisamente para implorarle que hiciera desaparecer todas las diferencias que algunos de nuestros dirigentes políticos intentan hacer reaparecer para confrontar a unos españoles contra otros. Que arranque de todos nuestros corazones la simiente del odio y del rencor que da como fruto la intolerancia y la sinrazón. Parece mentira que, 77 años después, algunos sigan empeñados en no querer superar el que quizá sea el episodio más triste y sangriento de la historia de nuestra nación. Quiera Dios que haya escuchado mi plegaria.