Carlos Gómez. Quienes tenemos la inmensa fortuna de habitar en el corazón de Andalucía, una tierra dotada de un poso histórico inigualable, somos plenamente conscientes de que cada vez que una obra da comienzo son múltiples las sorpresas que pueden hallarse bajo los cimientos de nuestra realidad actual.
Eso es exactamente lo que le ha ocurrido a la sevillana Hermandad de la Amargura, y así lo ha transmitido a la opinión pública a través de sus medios oficiales de información. Aprovechando las obras de instalación de la puerta de seguridad en el camarín del Señor, los responsables de la intervención decidieron acometer una prospección para comprobar si, como se suponía, había una cripta oculta bajo el suelo de la capilla sacramental. De esta forma, se introdujo una cámara por un orificio abierto para ver exactamente en qué estado se encontraba ese espacio subterráneo.
Así, se descubrió que existe una cripta que ocupa la parte más cercana al retablo del Señor, cuya bóveda se encuentra en buen estado de conservación. Este espacio, tapado entre los años 1959 y 1960 cuando se cambió la solería del templo, se rellenó de cascotes, quedando de esta manera desde entonces.
