“Indudablemente, aquello se desbordó. Los nervios estaban a flor de piel”, admite el nuevo hermano mayor de la Macarena.
Nobleza obliga. El recién reelegido hermano mayor de la Macarena, Manuel García, salió ayer al paso de la polémica que han generado las imágenes de la celebración de su victoria electoral en el interior de la Basílica la madrugada del pasado lunes por parte de algunos de los componentes de su candidatura y miembros más directos de su equipo, cuando la profusión de abrazos, de vítores y de palmas entre los ganadores en las urnas degeneró en un espectáculo poco edificante para el escenario en el que se encontraban. “Indudablemente aquello se desbordó. La gente estaba con los nervios a flor de piel después de una campaña que ha sido muy dura por las dos partes. Si alguien se ha sentido ofendido, le pido perdón en nombre de todos los componentes de mi candidatura”, señaló García en declaraciones a este periódico.
El máximo responsable de la hermandad de la Macarena, que cosechó en las urnas 1.857 votos por los 1.010 de su oponente, Agustín Bello-Conde, reconoce que “es verdad que aquello fue un poco exagerado” y asegura que fue “la gente más joven” la que con mayor ahínco festejó la victoria electoral. García presenció desde el presbiterio del templo las escenas de la celebración, una vez que a partir de las doce y media de la noche se dio inicio a la lectura del acta del cabildo general de elecciones que le proclamaba como nuevo hermano mayor. Desde su posición señala que no fue testigo de ningún gesto inapropiado hacia los miembros de la otra candidatura. “Lo único que hicieron es tocar las palmas. No vi nada más, sólo que la Basílica estaba de bote en bote”.
Aunque no hay excusas para ciertos comportamientos observados en el vídeo de la celebración electoral, el hermano mayor muestra su comprensión a que se desataran las emociones y se diera rienda suelta a las tensiones acumuladas en las últimas semanas. “Han sido dos meses de campaña muy duros en los que se han vertido, en algunos casos, muchas falsedades en contra nuestra. Comprendo que los niños estuvieran con los nervios a flor de piel”, manifestó.
García repara además en “un detalle que a lo mejor ha pasado desapercibido”, advierte. Y es que “el Santísimo no estaba en ese momento en el Sagrario, toda vez que el sacerdote se había encargado de retirarlo”, por lo que, “guardando siempre el respeto debido para nuestras imágenes, ya no hay tal falta de respeto”.
“Lo importante es que cerca de 2.000 personas nos han votado”, valoró García, a quien corresponderá ostentar la codiciada vara de las capillas durante los actos conmemorativos del cincuentenario de la coronación canónica de la Virgen de la Esperanza Macarena (1964-2014), efemérides que culminará con una misa estacional presidida por la dolorosa en la Plaza de España.
Recordatorio Macarena: La agria resaca de una dolorosa victoria