El Papa Francisco telefoneó en la tarde de ayer a las religiosas del convento de Carmelitas Descalzas de Lucena durante unos veinte minutos, según ha confirmado a ABC el vicario Episcopal de la Campiña de Córdoba y párroco de San Mateo de Lucena, David Aguilera. Actualmente viven en el convento cinco monjas, tres de ellas proceden de Argentina, el país natal del Pontífice.
El sacerdote lucentino ha indicado que el Santo Padre tenía especial interés por conocer la situación de este convento de clausura, que el pasado año cumplió 400 años desde su fundación, y cuya comunidad está formada por media docena monjas carmelitas, la mayor parte de ellas de nacionalidad argentina.
El Papa habló con la priora del convento, Sor Adriana de Jesús Resucitado, a la que trasladó su felicitación por el nuevo año, su bendición a todo el pueblo de Lucena y su deseo de que esta conversación fue dada a público conocimiento, aunque por el momento no ha trascendido el contenido concreto de la misma.
El vicario indicó que el Papa conoce personalmente a algunas de las hermanas carmelitas del convento lucentino y que había intentado entablar contacto telefónico con anterioridad, e incluso dejó un mensaje en el contestador, aunque no fue hasta ayer cuando pudo concertarse.
El convento del Glorioso Patriarca San José se fundó en Cabra en el año 1603, aunque el Duque de Cardona y Segorbe, propició su traslado a Lucena en 1611. Durante un largo periodo de tiempo el convento estuvo situado en la plaza Nueva, por lo que era tradición que las monjas vistieran a la Virgen de Araceli durante su estancia en la ciudad. La madre Carmelo, una de las religiosas, fue la encargada de bordar el manto blanco que aún hoy día sigue luciendo la patrona de Lucena, tanto en la procesión de su día como en otros actos.
