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miércoles, 12 de marzo de 2014

Sevilla: La mirada expirante de Cristo se hace presente en la Cuaresma


Una mirada, un escorzo que serpentea y que recorre el cuerpo vejado y ultrajado a punto de expirar. Así se presentó ante todos los hermanos del Museo y fieles que acudieron al rezo del Via Crucis de las Hermandades de 2014, presidido por la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración en el Año Jubilar que está celebrando esta corporación del Lunes Santo.

Un acto piadoso que, como es habitual, congregó en la Seo a muchísimas personas que siguieron el rezo de las catorce estaciones ante la presidencia del arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, escoltado por el presidente del Consejo de Cofradías, Carlos Bourrellier, y el hermano mayor de la corporación del Lunes Santo, Alfonso Gentil.
Antes, un traslado presidido por el buen tiempo aunque con algunas rachas de viento. Y luego, un regreso a su capilla con la noche ya entrada en frío.
Hubo público, si bien no se puede hablar de un traslado masificado. Mucho mejor. Hay que recordar, siempre, que el acto piadoso es el verdadero y único motivo de todo. Así lo entendieron los hermanos y la junta de gobierno del Museo, que organizaron un traslado acorde con la esencia de esta corporación.
En el cortejo, muchos ex hermanos mayores de la Cofradía, caso de Eduardo Martínez Angelino, Javier Sobrino, Fernando Anzacot, Juan Antonio Campos Camacho, Manuel Nieto —vicepresidente del Consejo de Cofradías—, José Luis Palma o Miguel Ángel Pérez de los Santos, que iba como fiscal de andas.
Unas andas, precisamente, que llamaron poderosamente la atención por altas y por la postura en la que quedaba la portentosa imagen que gubiase en 1575 Marcos Cabrera. Ésta, en un ángulo de 45 grados, aproximadamente, se elevaba unos tres metros sobre el suelo. La conformación de la cabeza, escorada completamente hacia su izquierda y hacia arriba, hacía que no se pudiese contemplar en todo su esplendor. Sin embargo, contemplándola de frente sobresalía de manera majestuosa ese escorzo que surca desde los dedos de sus pies para jugar con las piernas y el tórax en situación de agonía tremenda y sobrecogedora. Pudo apreciarse de manera contundente en la vuelta que dio por toda la Plaza del Museo.
El silencio de quienes portaban las andas era roto por la capilla musical San Telmo y la Escolanía de Dos Hermanas, que la precedían entonando motetes, entre otros, de Gómez Zarzuela.
O la saeta que quebró la calle Alfonso XII poco antes de entrar el Cristo de la Expiración hasta el mismísimo altar mayor de la capilla de San Gregorio, sede de la Hermandad del Santo Entierro, y quedar frente por frente a la urna del Santísimo Cristo Yacente.
Alcalde y pregonero

En dicho traslado hubo dos momentos también especialmente significativos. Por una parte, la llegada del cortejo a la Plaza Nueva donde, a la altura del Ayuntamiento, el alcalde, Juan Ignacio Zoido, y la corporación Municipal —entre ellos el portavoz socialista Juan Espadas—, portaron las andas hasta el Arquillo. Junto a ellos, la delegada y la subdelegada del Gobierno, Carmen Crespo y Felisa Panadero, que igualmente sostuvieron sobre sus hombros al Cristo de la Expiración.
El segundo tuvo lugar en la puerta lateral del Palacio Arzobispal. Allí esperaba para el último relevo antes de entrar en el Templo Metropolitano, la junta de gobierno de la Vera Cruz y, por tanto, su hermano mayor y pregonero de la Semana Santa de 2014, Francisco Berjano. Y es que no hay que olvidar cuántos signos de Lunes Santo hay en esta Cuaresma, puesto que junto con los dos descritos —imagen del Via Crucis y pregonero— no hay que olvidar el cartel, donde el misterio de Santa Marta cobra especial protagonismo.
A las 20.25 horas, como estaba estipulado, entró el cortejo y, a partir de esos momentos, el rezo del Via Crucis. 
Hacía frío cuando pasadas las diez de la noche —se retrasó algunos minutos con respecto al horario previsto— dio comienzo el traslado de regreso por unas calles donde la oscuridad solo era rota por las luces de las farolas, dejando momentos especialmente emotivos como la llegada a la Capilla del Mayor de Dolor, de la Hermandad de Jesús Despojado, o el discurrir por la estrechez de Gravina y Bailén y la presencia, de nuevo, en la Plaza del Museo.
Año Jubilar para el Museo que ha tenido en este Via Crucis de las Hermandades de Sevilla uno de sus momentos más emocionantes. Una mirada al cielo del Cristo de la Expiración para que no nos olvidemos de los que sufren por mor de la crisis y de las injusticias que cometemos los seres humanos.










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