Sombras en la curia
La eterna partida de ajedrez que enfrenta a lo Divino y mundano. Tinieblas, siempre con el deseo de ahogar en su bajeza, los primigenios contrastes de la luz. Estrategia basada en la no comprensión de un mensaje, tan humildemente enriquecedor, que para algunos mejor ignorar. Fe vacía, yerma. Frío pectoral descendiente del becerro de oro. Voces poseídas de usura, que lujuriosamente desvirtúan la virginal pasión del madero. Irrespetuosa jerarquía, qué al Blanco patriarca intentan enmudecer entre negras torres. Impetuosos caballos que en la segregación, encuentran la fuerza de su aniquilador galope. Pontífice portador de Cristo, de mirada apaciguadora, que eleva el espíritu al encuentro con la pureza del Nazareno. Calma bajo tu cayado las ansias corpóreas, del guía que en su alma no refleja la Santa Faz. El reino de los cielos es la evangelización plena del ser, para atender al ser, como el venero ofrece el frescor de su alma en el agua que engendra.
José Antonio Guzmán Pérez
Recordatorio Calvario de Iris: Resurrección