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sábado, 26 de abril de 2014

Córdoba y Sevilla apoyan la Declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Catedral de Jaén



En estos días en que vivimos envueltos en la polémica a vueltas con la titularidad de la Mezquita-Catedral de Córdoba, una información acerca de la candidatura de la Catedral de Jaén a ser declarada Patrimonio de la Humanidad –a través de una ampliación de la declaración de la que gozan, desde 2003, los espectaculares cascos históricos de Úbeda y Baeza-, y al apoyo que han manifestado los ediles de Córdoba y Sevilla parece reverdecer el anhelo de esa naturalidad en nuestra ciudad, así como el deseo –largo tiempo esperado- de la declaración de la Semana Santa Cordobesa como Bien de Interés Turístico  en sus diversas categorías.

Así las cosas, José Antonio Nieto y Juan Ignacio Zoido aprovecharon el pasado jueves el marco de los Reales Alcázares de Sevilla (Patrimonio de la Humanidad desde el año ´87) para enviar dos cartas que muestran la adhesión a la candidatura de la Catedral jienense.

En el acto también estuvo presente José Enrique Fernández de Moya, alcalde de Jaén, quien manifestó que "para los jiennenses, la Catedral tiene ya el reconocimiento de patrimonio mundial", quien incidió tanto en el respaldo social e institucional con que cuenta la iniciativa.

La aceptación o no de la candidatura se resolverá en la reunión del comité de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco) en su XXXVIII sesión que se celebrará entre 15 al 25 de junio de este año en Doha (Qatar).

Blas Jesús Muñoz

Reseña 

El sobresaliente conjunto monumental de Ia ciudad de Jaén no es el más conocido, precisamente, de Andalucía, (posiblemente eclipsado por las inefables ciudades de Úbeda y Baeza, decalaradas Patrimonio de la Humanidad por su exhuberancia medieval y especialmente renacentista) aunque desde aquí animamos a todos que lo conozcan. Seguro que no defraudará.

De este patrimonio sobresale especialmente la catedral, situada en la Plaza de Santa María, corazón del casco histórico jiennense. Desde el cerro del castillo, impacta el contraste visual de la enorme mole del edificio catedralicio con respecto al entramado de calles castizas de origen árabe con sus recoletas casitas.

La Catedral de Jaén es Monumento Histórico Artístico desde 1931. Se asienta sobre el solar de la mezquita mayor de la Jaén almohade. Tras la conquista de Fernando III a mediados del siglo XIII, se edifica una iglesia con advocación dedicada la Asunción de la Virgen. Unos años después esta iglesia se convierte en templo catedralicio al trasladarse la diócesis desde Baeza. Tras varios conflictos, se decide realizar un nuevo templo (gótico) entre 1492 y 1525, aunque este proyecto no prospera por amenazar ruina, decidiéndose su paralización.

Dos décadas después se retoman las obras y fruto de esta nueva campaña es la actual catedral, verdadera joya del Renacimiento español, con sobresalientes elementos barrocos, construida entre los siglos XVI y XVII, según proyecto del gran arquitecto Andrés de Vandelvira.

El interior muestra una arquitectura de gran clasicismo, mediante una enorme planta de salón, completamente rectangular, de tres naves más una serie de capillas adyacentes. La cabecera es completamente plana.

Los soportes del abovedamiento, como en otras catedrales renacentistas próximas (Baeza, Guadix y Granada) está constituido por pilares con medias columnas corintias y fuste estriado adosadas a sus caras.

Exteriormente, la estampa de la fachada es suntuosa. Es obra barroca de finales del siglo XVII y fue proyectada por Eufrasio López de Rojas. Esta enorme fachada de la catedral de Jaén llama la atención porque, a pesar de ser una obra barroca, sus elementos arquitectónicos y escultóricos se integran de una manera armónica y de gran elegancia. Está flanqueada por dos potentes torres de tres cuerpos prismáticos superpuestos, rematados por uno más delgado y de planta octogonal que remata en cúpula.

La propia fachada tiene tres puertas de medio punto sencillas y de moderado tamaño, cediendo su carga monumental al alzado, constituido por dos cuerpos animados verticalmente por columnas corintias, balcones y ventanales.

Las esculturas son abundantes. Algunos de los personajes representados son figuras bíblicas, aunque no faltan los de otros protagonistas de la historia, como Fernando III, rey cristiano conquistador de la ciudad a los musulmanes.

Otros lugares sobresaliente de la catedral de Jaén son la capilla mayor, el coro y especialmente la sacristía, obra cumbre de Vandelvira.

Las obras de la catedral, aunque básicamente finalizadas en el siglo XVII, se prolongaron hasta principios del siglo XIX en que Ventura Rodríguez concluye la capilla del Sagrario.

No podemos dejar de citar, en este capítulo dedicado a la catedral de Jaén, la custodia en su capilla mayor del famosísimo Lienzo del Santo Rostro que, según la tradición, es que empleo la Verónica para limpiar la sudorosa y ensangrentada cara de Cristo y donde, por tanto, quedó impreso su rostro.






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