El penúltimo domingo de abril trae cada año consigo el
primero de los actos de la venerada patrona de Lucena, María Santísima de
Araceli, la Romería de la Virgen desde su Santuario hasta San Mateo. Una
jornada que se antojaba especial al coincidir con el Domingo de Resurrección y
que, para darle mayor emoción, ayer cobró tintes épicos al hacer acto de
presencia la lluvia que durante toda la Semana Santa había estado ausente. Así,
a las doce de la mañana se celebraba la misa de romeros en el Santuario. Al
finalizar, la Virgen estaba expuesta en sus andas para que pudiesen
contemplarla cuantos romeros se habían desplazado hasta la Sierra de Aras en un
ambiente festivo y de cierta tensión conforme se acercaba la hora de salida a
las tres de la tarde.
Entre tanto, la Santísima Virgen lucía su atuendo de pastora
y sus andas estaban dispuestas para ser portadas por sus santeros, que habrían
de portarla desde la mencionada Sierra de Aras (la Patrona de Lucena también lo
es del campo andaluz), hasta la parroquia de San Mateo en el centro de la urbe lucentina.
La lluvia hizo acto de presencia antes de la salida
procesional lo que obligó a la junta de gobierno a aplazar la salida hasta que
las previsiones arrojaran mejores pronósticos. De esta manera, apenas unos
minutos antes de las cuatro de la tarde Julián Ranchal dio la orden a sus
hombres y comenzaba la Romería de Bajada de María Santísima de Araceli, que iba
dotada de un sistema de plásticos que la preservó de la lluvia en su templete
durante durante un recorrido que se vio dominado por la misma. Si bien, justo
al principio, la parte delantera estuvo al descubierto pudiéndose contemplar en
su esplendor a la Señora. Inclemencias meteorológicas que no empañaron ni el
ambiente festivo del pueblo lucentino ni los cánticos ni los vítores.
La Corte Aracelitana, la Banda de Música de Lucena y la
Corporación Municipal recibieron a la Patrona en San Mateo, dando cuenta de una
jornada festiva y agitada que sirve de antesala a las Fiestas Aracelitanas que
se desarrollarán entre el 2 y el 5 de mayo.
Blas Jesús Muñoz