Suspira el Ángel por las urnas... electorales y cofrades, no europeas. Suspira por las convocadas y por las que aguantan la apertura del proceso aferrados a la trinchera fernandina ¿Se depositará la papeleta como un suspiro?
Suspiros de viento metal, de corneta y fliscornio... Los primeros -murmura el Ángel-, se subieron al cielo de su caché y a los segundos se les bajó el volumen como en la radio de un coche donde las marchas suenan menos en verano ¿Suspirará el Ángel por los terceros que llegan mordiendo el metal?
Suspiros que llegan como un susurro para el futuro... Y los dimisionarios se conjuran con ramas de olivo para, si se diera el caso, desalentar a los reelegibles ¿Se convertirá la brisa en vendaval?
Le suspiran al Ángel antiguos desencuentros... mientras el metal cruje contra la madera que levanta los pasos las miradas de algunos hombres de negro ya no encuentran la complicidad de antaño ¿Suspirarán juntos de nuevo o la distancia del Jueves Santo los separará para siempre?
Joaquín de Sierra i Fabra