Dicen que los seres humanos son dueños de sus silencios y esclavos de sus palabras y que cuando se pisa terreno pantanoso corren el riesgo de mancharse de barro. Diré de antemano que detesto responder a un artículo con otro o escribir en segunda persona del singular, pero como todo el mundo sabe, la excepción confirma la regla.
Estaba convencido de que esto sucedería, aunque he de reconocer que la velocidad a la que la reacción se ha producido ha llamado poderosamente mi atención, como si estuviese sospechosamente preparada. Se podría incluso pensar que la causa de la respuesta furibunda no tiene ninguna relación con las elecciones celebradas en la hermandad de la Paz, aunque quiera hacerse creer lo contrario, ni obedece a campaña electoral alguna, bastante plana por cierto por una y otra candidatura al menos en su parte pública, sino a otras motivaciones…
Sin embargo, a pesar de la curiosa celeridad demostrada a la hora de ofrecer un último presente, en forma de vergonzante peloteo ventajista, cuando un vocero lleva arrodillado ocho años ante el ídolo, poniendo su pluma sistemáticamente al servicio del pregón gratuito y el silencio cómplice, ¿a quién va a extrañar a estas alturas una última genuflexión para despedir al líder mediático?
A ver si soy capaz de que lo entienda hasta quien no estaba atento cuando "Coco" impartía su magisterio en Barrio Sésamo. D. Manuel V. Quirós Del Pino no fue candidato el pasado domingo, por lo que ni ganó ni perdió nada. Una cosa es que el próximo hermano mayor proceda de su junta de gobierno (también estuvo en juntas de gobierno anteriores) y haya pregonado en público su vocación de continuidad a veces… y su pretensión de romper con la gestión de quien ahora deja su cargo otras tantas, en público y en privado, y otra muy distinta que el pasado domingo en Capuchinos se celebrase un plebiscito para aprobar o no la gestión de nuestro hermano Manolo. Por cierto, a los hooligans que llevan dos días cacareando el artículo del incienso, entre carcajada y carcajada, léanlo con detenimiento, más allá de las partes en las que se ataca a los que osaron alguna vez opinar contra la gestión de cierto líder omnipotente, porque lo que trasciende del mismo es que el éxito no puede atribuirse al señor Aguilar sino a su antecesor… flaco favor le hace el mencionado texto al elegido, yo desde luego no estaría nada contento.
Como parece que queremos jugar, pongamos las cartas sobre la mesa, señor Cretario (versión light). A nadie escapa que en nuestra página se han publicado, cuando se ha estimado conveniente, artículos de opinión que no han aplaudido precisamente determinados aspectos de la gestión del hermano mayor saliente, del mismo modo que se ha hecho con otras hermandades, entre otras la suya. De manera que por la parte que nos toca, y por haber expresado discrepancias con ciertas formas de proceder, cabe dentro de lo posible que usted nos incluya dentro de “los que vociferan”. Sin embargo, Gente de Paz (parafraseando a Marcos Fernán Caballero –seguro que le suena-, en adelante GdP) es un grupo formado por doce personas (además de muchos más colaboradores ocasionales) de las que sólo tres somos, a día de hoy, hermanos de la Paz. Esto usted ya lo sabe porque nos lee. Siendo sincero, y sin ánimo de ser desagradable, no puedo decir lo mismo de su blog del que he leído su último artículo porque un par de amigos me lo han hecho llegar.
De estos tres hermanos, únicamente dos ejercieron el derecho al voto el pasado domingo. Ya que esgrime porcentajes con una facilidad y simpleza que denotan un claro desconocimiento en el análisis de datos (no se le debe exigir otra cosa, es usted periodista; escribe bien, sólo faltaría, pero su capacidad de análisis de datos es manifiestamente mejorable), habría que aclarar que esto quiere decir que sólo el 25% de los miembros de GdP son hermanos de la corporación capuchina y redondeando, solamente el 17% votó en las elecciones. Aun suponiendo que los dos votantes apoyasen a la candidatura derrotada, hasta aquí y sólo hasta aquí, llegaría la vinculación de GdP con ella. Esto es perfectamente conocido por ambos candidatos y repetir una falacia que defienda lo contrario, no la convierte en verdad, lo diga Agamenón o su porquero.
Por saciar la curiosidad de quien la tenga, en mi caso, puedo decir con claridad meridiana que no voté al vencedor, lo cual no me convierte en miembro de la candidatura que no ganó y por extensión muchísimo menos vincula con ella a la página de la que soy responsable. Repase a ver si es capaz de encontrar en nuestros textos apoyo alguno al candidato López.
Vaya por delante que nadie cuestiona la victoria del señor Aguilar -esta película nada tiene que ver con usted-, una victoria sin paliativos, clara y contundente y que, reafirmándome en que sigo sin creer que sea la persona adecuada para ostentar el cargo para el que ha sido elegido, no tanto por él mismo como por algunos de los que se ha rodeado, le deseo lo mejor al frente de la hermandad, ya que su éxito, será el éxito de todos.
Sin embargo, sí pueden ser sometidas a cuestión determinadas conclusiones que se han extraído de los resultados. 269 votos a favor del señor Aguilar (no del señor Quirós) representan un 79,35% de los votos emitidos, frente al 19,47% obtenido por la candidatura que perdió. Hasta aquí ha sido capaz de llegar usted solito y el cálculo le ha servido para decir que sólo el 20% de los hermanos de la Paz rechazan la gestión de su ya añorado líder. Aunque eso fuese cierto, que no lo es y usted lo sabe, ¿insinúa que no tienen derecho a expresarse las minorías?… curiosa visión democrática la suya…
En cambio oculta dos datos interesantes, en primer lugar, a cuánto asciende la abstención y en segundo qué porcentaje representan 269 votos sobre el total de hermanos que forman parte del censo. Como no nos ha sido posible determinar con exactitud cuántas personas tenían derecho a voto el pasado domingo en Capuchinos, diremos que la cifra oscila entre cerca de mil según la candidatura ganadora (980 para ser exactos) y 800 según la derrotada si bien es cierto que al parecer había menores de edad en las listas. Haga un esfuerzo y sígame; si convenimos el punto medio (900), para realizar los cálculos, podemos extrapolar que más del 60% de potenciales votantes no acudió a la casa hermandad el pasado domingo. La conclusión es clarísima. Ninguno de los proyectos presentados ha recibido el respaldo mayoritario de los hermanos de la Paz. Estas elecciones han interesado a menos del 40% de los hermanos con derecho a voto. O dicho de otro modo, la mayoría de los hermanos de la Paz ni estaban de acuerdo con uno ni con otro, por lo que no han querido votar a ninguno. En conclusión, el porcentaje de posibles votantes que ha apoyado al futuro hermano mayor se sitúa en el 30%. Esta es también la realidad, la otra parte de la realidad, la que a usted no le ha interesado decir. Todo ello sin analizar, que se podría, porque los datos de entonces si que están al alcance de la mano, cuántas personas han tenido derecho a voto en 2014 y cuántas ocho años antes, porque la caída es brutal, en consonancia con el número de hermanos y nazarenos. Recordemos que hablamos de una hermandad que ha llegado a poner en la calle a un cortejo de cerca de 800 personas (sin contar costaleros) y que se ha visto reducida el último Miércoles Santo a poco más de 500. ¿Podemos incluir entre los méritos que atribuye al último poseedor de la vara dorada semejante descenso, o solamente le hacemos responsable de los éxitos? ¿Desgranamos los motivos de muchos para haberse alejado de Capuchinos? Es tan sencillo como preguntar… y que nadie descarte que se haga… Decir que sólo el 20% desaprueba la gestión del señor Quirós porque ese porcentaje ha apoyado al candidato derrotado es hacer política ficción, por no decir manipular, como lo sería presuponer que la caída de hermanos de los últimos dos mandatos obedece únicamente a una clara censura a la gestión del hermano mayor, pero si se trata de hacer fuegos artificiales…
La cuestión de no saber con exactitud cuantas personas tenían derecho a voto es un asunto llamativo, que podría merecer un análisis más profundo a cuenta de la limpieza del proceso, esa que usted ha insinuado no ha existido en un sentido y si en otro. Al amparo de la LOPD, la candidatura del señor López no ha dispuesto del censo de hermanos en ningún momento, algo inédito en las elecciones que se han celebrado con anterioridad en la hermandad de la Paz, aunque sea ajustado a derecho. Sería desconcertante que no hubiese existido equidad en este aspecto.
Para conocer este hecho, hubiese sido suficiente con preguntar al respecto, aunque fuese por teléfono. Resulta igualmente curioso el apoyo público, vía redes sociales, recibido por uno de los dos candidatos por parte de miembros de la mesa electoral, lo que fue puesto de manifiesto en forma de queja ante la propia mesa. No digo que no se pueda, pero “no está bonito”.
La campaña ha tenido un perfil bajo y podría haber tenido un tono muy diferente, usted lo sabe y el hermano mayor saliente y los dos candidatos también. En GdP se han publicado dos artículos de opinión durante el proceso y un par de comentarios en otros dos y todas las partes han de ser plenamente conscientes de que podrían haber sido muchísimos más y de colores muy diversos, desde el blanco al negro zaino. Entendimos que así debía ser y hemos cumplido con nuestra convicción. Dos artículos de opinión escritos por personas que no representan a nadie, salvo a sí mismos que es muchísimo más de lo que otros pueden decir. Nadie ha vociferado durante la campaña, salvo los exaltados de siempre, algunos de los cuales han llegado a proferir insultos graves contra terceros, esta vez sin pataleos judiciales. A título personal, le diré que no veo a nadie vociferar, desde que pude presenciar la desagradable escena de un individuo, con traje y el rostro desencajado, empujando literalmente a parte del público que tuvo la osadía de colocarse entre el paso y la banda en la calle Alfaros, durante un multitudinario traslado primaveral.
Dejemos todos a un lado la tentación de dar lecciones de democracia, sea a cuenta de elecciones o de cabildos anulados por incumplimientos de forma, o de periodismo, como el personaje del que hablaba nuestro compañero Marcos el pasado domingo, ese que descuelga el teléfono para exigir el nombre de un colaborador que firma con pseudónimo, porque le molesta lo que ha escrito, pasándose por al arco del triunfo la libertad de expresión de los humildes aficionados que desarrollamos una actividad en nuestro tiempo libre.
Descubrir con cierta edad que no se está en posesión de la verdad absoluta después de mucho tiempo sin recibir la puntualización de nadie, es algo que puede ser difícil de digerir, pero así es la vida. Lamentablemente, porque no tengo el menor interés en ello, me da la sensación de que esta no va a ser la última vez que se acuerde de los que opinan en libertad, como lo estoy de que este artículo suyo ha tenido mucha más audiencia que la que habitualmente tiene su página. Qué ironía ¿verdad?... precisamente usted obteniendo audiencia a costa de otros… las vueltas que da vida…
Estaba convencido de que esto sucedería, aunque he de reconocer que la velocidad a la que la reacción se ha producido ha llamado poderosamente mi atención, como si estuviese sospechosamente preparada. Se podría incluso pensar que la causa de la respuesta furibunda no tiene ninguna relación con las elecciones celebradas en la hermandad de la Paz, aunque quiera hacerse creer lo contrario, ni obedece a campaña electoral alguna, bastante plana por cierto por una y otra candidatura al menos en su parte pública, sino a otras motivaciones…
Sin embargo, a pesar de la curiosa celeridad demostrada a la hora de ofrecer un último presente, en forma de vergonzante peloteo ventajista, cuando un vocero lleva arrodillado ocho años ante el ídolo, poniendo su pluma sistemáticamente al servicio del pregón gratuito y el silencio cómplice, ¿a quién va a extrañar a estas alturas una última genuflexión para despedir al líder mediático?
A ver si soy capaz de que lo entienda hasta quien no estaba atento cuando "Coco" impartía su magisterio en Barrio Sésamo. D. Manuel V. Quirós Del Pino no fue candidato el pasado domingo, por lo que ni ganó ni perdió nada. Una cosa es que el próximo hermano mayor proceda de su junta de gobierno (también estuvo en juntas de gobierno anteriores) y haya pregonado en público su vocación de continuidad a veces… y su pretensión de romper con la gestión de quien ahora deja su cargo otras tantas, en público y en privado, y otra muy distinta que el pasado domingo en Capuchinos se celebrase un plebiscito para aprobar o no la gestión de nuestro hermano Manolo. Por cierto, a los hooligans que llevan dos días cacareando el artículo del incienso, entre carcajada y carcajada, léanlo con detenimiento, más allá de las partes en las que se ataca a los que osaron alguna vez opinar contra la gestión de cierto líder omnipotente, porque lo que trasciende del mismo es que el éxito no puede atribuirse al señor Aguilar sino a su antecesor… flaco favor le hace el mencionado texto al elegido, yo desde luego no estaría nada contento.
Como parece que queremos jugar, pongamos las cartas sobre la mesa, señor Cretario (versión light). A nadie escapa que en nuestra página se han publicado, cuando se ha estimado conveniente, artículos de opinión que no han aplaudido precisamente determinados aspectos de la gestión del hermano mayor saliente, del mismo modo que se ha hecho con otras hermandades, entre otras la suya. De manera que por la parte que nos toca, y por haber expresado discrepancias con ciertas formas de proceder, cabe dentro de lo posible que usted nos incluya dentro de “los que vociferan”. Sin embargo, Gente de Paz (parafraseando a Marcos Fernán Caballero –seguro que le suena-, en adelante GdP) es un grupo formado por doce personas (además de muchos más colaboradores ocasionales) de las que sólo tres somos, a día de hoy, hermanos de la Paz. Esto usted ya lo sabe porque nos lee. Siendo sincero, y sin ánimo de ser desagradable, no puedo decir lo mismo de su blog del que he leído su último artículo porque un par de amigos me lo han hecho llegar.
De estos tres hermanos, únicamente dos ejercieron el derecho al voto el pasado domingo. Ya que esgrime porcentajes con una facilidad y simpleza que denotan un claro desconocimiento en el análisis de datos (no se le debe exigir otra cosa, es usted periodista; escribe bien, sólo faltaría, pero su capacidad de análisis de datos es manifiestamente mejorable), habría que aclarar que esto quiere decir que sólo el 25% de los miembros de GdP son hermanos de la corporación capuchina y redondeando, solamente el 17% votó en las elecciones. Aun suponiendo que los dos votantes apoyasen a la candidatura derrotada, hasta aquí y sólo hasta aquí, llegaría la vinculación de GdP con ella. Esto es perfectamente conocido por ambos candidatos y repetir una falacia que defienda lo contrario, no la convierte en verdad, lo diga Agamenón o su porquero.
Por saciar la curiosidad de quien la tenga, en mi caso, puedo decir con claridad meridiana que no voté al vencedor, lo cual no me convierte en miembro de la candidatura que no ganó y por extensión muchísimo menos vincula con ella a la página de la que soy responsable. Repase a ver si es capaz de encontrar en nuestros textos apoyo alguno al candidato López.
Vaya por delante que nadie cuestiona la victoria del señor Aguilar -esta película nada tiene que ver con usted-, una victoria sin paliativos, clara y contundente y que, reafirmándome en que sigo sin creer que sea la persona adecuada para ostentar el cargo para el que ha sido elegido, no tanto por él mismo como por algunos de los que se ha rodeado, le deseo lo mejor al frente de la hermandad, ya que su éxito, será el éxito de todos.
Sin embargo, sí pueden ser sometidas a cuestión determinadas conclusiones que se han extraído de los resultados. 269 votos a favor del señor Aguilar (no del señor Quirós) representan un 79,35% de los votos emitidos, frente al 19,47% obtenido por la candidatura que perdió. Hasta aquí ha sido capaz de llegar usted solito y el cálculo le ha servido para decir que sólo el 20% de los hermanos de la Paz rechazan la gestión de su ya añorado líder. Aunque eso fuese cierto, que no lo es y usted lo sabe, ¿insinúa que no tienen derecho a expresarse las minorías?… curiosa visión democrática la suya…
En cambio oculta dos datos interesantes, en primer lugar, a cuánto asciende la abstención y en segundo qué porcentaje representan 269 votos sobre el total de hermanos que forman parte del censo. Como no nos ha sido posible determinar con exactitud cuántas personas tenían derecho a voto el pasado domingo en Capuchinos, diremos que la cifra oscila entre cerca de mil según la candidatura ganadora (980 para ser exactos) y 800 según la derrotada si bien es cierto que al parecer había menores de edad en las listas. Haga un esfuerzo y sígame; si convenimos el punto medio (900), para realizar los cálculos, podemos extrapolar que más del 60% de potenciales votantes no acudió a la casa hermandad el pasado domingo. La conclusión es clarísima. Ninguno de los proyectos presentados ha recibido el respaldo mayoritario de los hermanos de la Paz. Estas elecciones han interesado a menos del 40% de los hermanos con derecho a voto. O dicho de otro modo, la mayoría de los hermanos de la Paz ni estaban de acuerdo con uno ni con otro, por lo que no han querido votar a ninguno. En conclusión, el porcentaje de posibles votantes que ha apoyado al futuro hermano mayor se sitúa en el 30%. Esta es también la realidad, la otra parte de la realidad, la que a usted no le ha interesado decir. Todo ello sin analizar, que se podría, porque los datos de entonces si que están al alcance de la mano, cuántas personas han tenido derecho a voto en 2014 y cuántas ocho años antes, porque la caída es brutal, en consonancia con el número de hermanos y nazarenos. Recordemos que hablamos de una hermandad que ha llegado a poner en la calle a un cortejo de cerca de 800 personas (sin contar costaleros) y que se ha visto reducida el último Miércoles Santo a poco más de 500. ¿Podemos incluir entre los méritos que atribuye al último poseedor de la vara dorada semejante descenso, o solamente le hacemos responsable de los éxitos? ¿Desgranamos los motivos de muchos para haberse alejado de Capuchinos? Es tan sencillo como preguntar… y que nadie descarte que se haga… Decir que sólo el 20% desaprueba la gestión del señor Quirós porque ese porcentaje ha apoyado al candidato derrotado es hacer política ficción, por no decir manipular, como lo sería presuponer que la caída de hermanos de los últimos dos mandatos obedece únicamente a una clara censura a la gestión del hermano mayor, pero si se trata de hacer fuegos artificiales…
La cuestión de no saber con exactitud cuantas personas tenían derecho a voto es un asunto llamativo, que podría merecer un análisis más profundo a cuenta de la limpieza del proceso, esa que usted ha insinuado no ha existido en un sentido y si en otro. Al amparo de la LOPD, la candidatura del señor López no ha dispuesto del censo de hermanos en ningún momento, algo inédito en las elecciones que se han celebrado con anterioridad en la hermandad de la Paz, aunque sea ajustado a derecho. Sería desconcertante que no hubiese existido equidad en este aspecto.
Para conocer este hecho, hubiese sido suficiente con preguntar al respecto, aunque fuese por teléfono. Resulta igualmente curioso el apoyo público, vía redes sociales, recibido por uno de los dos candidatos por parte de miembros de la mesa electoral, lo que fue puesto de manifiesto en forma de queja ante la propia mesa. No digo que no se pueda, pero “no está bonito”.
La campaña ha tenido un perfil bajo y podría haber tenido un tono muy diferente, usted lo sabe y el hermano mayor saliente y los dos candidatos también. En GdP se han publicado dos artículos de opinión durante el proceso y un par de comentarios en otros dos y todas las partes han de ser plenamente conscientes de que podrían haber sido muchísimos más y de colores muy diversos, desde el blanco al negro zaino. Entendimos que así debía ser y hemos cumplido con nuestra convicción. Dos artículos de opinión escritos por personas que no representan a nadie, salvo a sí mismos que es muchísimo más de lo que otros pueden decir. Nadie ha vociferado durante la campaña, salvo los exaltados de siempre, algunos de los cuales han llegado a proferir insultos graves contra terceros, esta vez sin pataleos judiciales. A título personal, le diré que no veo a nadie vociferar, desde que pude presenciar la desagradable escena de un individuo, con traje y el rostro desencajado, empujando literalmente a parte del público que tuvo la osadía de colocarse entre el paso y la banda en la calle Alfaros, durante un multitudinario traslado primaveral.
Dejemos todos a un lado la tentación de dar lecciones de democracia, sea a cuenta de elecciones o de cabildos anulados por incumplimientos de forma, o de periodismo, como el personaje del que hablaba nuestro compañero Marcos el pasado domingo, ese que descuelga el teléfono para exigir el nombre de un colaborador que firma con pseudónimo, porque le molesta lo que ha escrito, pasándose por al arco del triunfo la libertad de expresión de los humildes aficionados que desarrollamos una actividad en nuestro tiempo libre.
Descubrir con cierta edad que no se está en posesión de la verdad absoluta después de mucho tiempo sin recibir la puntualización de nadie, es algo que puede ser difícil de digerir, pero así es la vida. Lamentablemente, porque no tengo el menor interés en ello, me da la sensación de que esta no va a ser la última vez que se acuerde de los que opinan en libertad, como lo estoy de que este artículo suyo ha tenido mucha más audiencia que la que habitualmente tiene su página. Qué ironía ¿verdad?... precisamente usted obteniendo audiencia a costa de otros… las vueltas que da vida…
Guillermo Rodríguez