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domingo, 12 de octubre de 2014

Calvario de Iris: “Y sobre esta roca edificaré mi Iglesia”


Tuve una visión y pienso sería entre la realidad y el ensueño. Entre tierras aradas y Olivos centenarios, el viento ululaba con un sonido agudo que despaciosamente se fue tornando musical, dulce, como huellas sobre la mar. Sobre una loma recubierta de flores púrpuras, la figura de un hombre en posición sedente, parecía predicar a un atardecer de miles de tonalidades.

Cual eco onírico, la voz con suma delicadeza explicaba….

Construiremos una Iglesia de madera, honrando a mi padre terrenal y como símbolo de mi nacimiento en el pesebre y pasión en la Cruz. El suelo de esta, será de fértil tierra para al caminar por ella nos recuerde su sencillez y a su vez, la riqueza que nos aporta con sus bienes. Dos infinitos Universos que el Padre en mi unió, el cielo y la tierra. El techo será de hojas de palmera que permanecerán siempre verdes, siempre fértiles, en recuerdo del vientre materno, madre de la palma de siete hojas.

Los seres que aniden en su alma la codicia e intente ser más que la luz, aproximándose a las sombras, quedarán terrenalmente condenados y una vez lleguen a mis manos, no disfrutarán de la humildad de mi reino. 

Las puertas de mi Iglesia siempre permanecerán abiertas, por si algún hermano necesita calor para el cuerpo o reposo para el alma.

No convirtáis en símbolo y menos de materiales preciosos, el madero donde el hijo del hombre padeció derramando su sangre para redimiros del pecado. Recordadme Resucitado, a la diestra de mi padre y con ello, daréis esperanza y vida a los hermanos que la precisen.

Recordad, no solo es vuestro hermano el que se geste en el mismo vientre que vosotros, hermanos sois todos los que os deis y deseéis la Paz.

El lugar de recogimiento para el alma, lo marcarán la primera Estrella de la noche y el lugar donde la tierra de nuestro suelo, nos conceda flores con olor a Santidad e incienso. En ese lugar, como aquella noche, conmemoraremos la consagración de mi cuerpo y de mi sangre, que será entregada a todo el que crea en mí.

José Antonio Guzmán Pérez








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