Es increíble cómo en el mundo de las Cofradías vivimos en un estado de sorpresa –casi podríamos decir shock- constante. Los que tenemos ocasión de escribir acerca del mismo con cierta periodicidad, con la consiguiente obligada búsqueda de información, lo constatamos casi a diario. Y es que la última noticia de relieve ha conseguido dejarnos a la mayoría no ya con la boca abierta, sino con la mandíbula completamente desencajada. Don Juan Serrano, popularmente conocido como Finito de Córdoba, ha sido nombrado pregonero de nuestra Semana Santa 2015. ¡Ahí es ná, maestro!
Desde el pasado jueves ha sido frecuente escuchar reacciones –acompañadas de muecas de estupefacción- tales como:
- ¡Tú te estás quedando conmigo!
- ¡Esto es una coña!
- ¡No puede ser!
- No, venga, ya en serio, dime quién es el pregonero.
- ¿Este señor qué tiene que ver con la Semana Santa?
- …
Y bueno… no es para menos. El público opina mayoritariamente que la decisión adoptada por la Agrupación de Hermandades y Cofradías va a cubrir de gloria a los componentes de la Junta de la misma que, por supuesto, en el pecado van a llevar la penitencia… A no ser que Finito lo evite con una buena faena lidiada desde el atril. ¡Pues anda que no va a tener el diestro gente a la que cobijar bajo el capote!
La Agrupación se la ha jugado a pecho descubierto en esta ocasión. Yo diría que la idea no ha sido valiente, sino más bien temeraria. Su idea de buscar pregoneros mediáticos es legítima, sí. Quizá nunca la designación del exaltador de nuestra Semana Santa haya sido tan comentada como en estos dos últimos años. Es decir, uno puede llegar a pensar que en la Agrupación alguien ha resuelto aplicar la máxima "que hablen de mí, aunque sea mal, pero que hablen". Pero, a juzgar por los dos últimos designados, lo están haciendo sacrificando el resultado final a cambio de los ríos de tinta que generan sus designaciones. ¿Vendidos a cambio de la publicidad, dice usted? No sé, es posible…
Y frente a todo esto, el torero. Imagino que se ha debido ver capaz de poder con la fiera que le van a soltar. Yo, francamente, no le arriendo la ganancia. Francamente creo que, de partida, sale usted en mala posición. La impopularidad con la que ha sido acogido su nombramiento y sus escasos méritos en el mundo cofrade pesan mucho, muchísimo. Más aún si consideramos que es usted el segundo consecutivo que llega en casi idénticas condiciones al escenario del Gran Teatro. Y la Agrupación que lo ha puesto ahí tiene ya demasiados enemigos afilando el cuchillo. El último motivo se lo ha dado su valiente aceptación.
En 4 breves meses, 4, veremos si Finito es capaz de defender su designación con la dignidad suficiente para salir airoso del trance. Pienso que está usted casi obligado a hacer un pregón sobresaliente para que el personal le valore con un pírrico aprobado (ya sabe usted, esto es Córdoba). Yo desde estas líneas le deseo sinceramente mucha suerte, maestro, porque de verdad la va a necesitar. Aunque casi peor que usted estarán los que lo han elegido pregonero a quienes imagino rezando en su butaca para ver si es usted capaz de sacarles de esta faena en la que solitos se han metido. Bien duro debe ser pasar más de 100 días cuestionándose cómo saldrá la cosa… porque claro, si uno siente el peso de la responsabilidad estas cosas se las plantea. Y a alguno ya le estará martilleando el seso al repetirse una y otra vez en su interior: ¿Habremos estado finitos con Finito?
Marcos Fernán Caballero
ANEXO: Respecto al artículo "De confusiones y actos dignos de poner el grito en el cielo" que publicamos en esta misma sección el pasado 21 de septiembre, seguimos recordando que el lienzo de Ntro. Señor de los Reyes (del siglo XVIII), continúa triste e incomprensiblemente tapado con la actual decoración de la capilla que ocupan los Titulares de la Hermandad de la Esperanza. Que no caiga en el olvido.
Fuente Fotográfica
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