Raquel Medina. Hoy, 26 de noviembre, hace 387 años, que falleció el insigne artista cordobés D. Juan de Mesa y Velasco.
Este artista cordobés, perteneciente al estilo barroco español, fue bautizado en la parroquia de San Pedro, en el 1583. En 1606, se trasladó a la capital hispalense, donde desarrollaría la mayor parte de su obra y viviría, para ingresar en el taller de Montañés.
A partir de su salida del taller empieza a desarrollar su trabajo, iniciándose en tal arte en el 1615, con la escultura San José con el Niño de la Iglesia de Santa María la Blanca de Fuentes de Andalucía, pero en blanco, pues que su policromía es posterior.
Entre 1618 y 1623, es su época de mayor esplendor como imaginero. Comienza esta etapa con la imagen del Cristo del Amor, Titular de la Hermandad que se encuentra en el Salvador. En 1618, realiza el Retablo del altar mayor del Hospital de San Bernardo, desaparecido hoy día. En 1619, realiza, para la Hermandad de Monstserrat de Sevilla, el Buen Ladrón.
En 1620 es el Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad de los Estudiantes el que realiza junto al Señor del Gran Poder, en el que logra reflejar todo el sufrimiento humano en la divinidad del Señor. Dos años más tarde tallaría otra de sus obras maestras, el Nazareno de La Rambla.
En el 1626, es la Hermandad de las Angustias quien encarga la hechura de sus Titulares, ejerciendo de intermediario el prior agustino. Obra póstuma del artista, pues su testamento así lo dice, que murió cuando faltaban tres días de trabajo.
Entre otras obras se encuentran el Cristo Yacente de la Hermandad del Santo Entierro de Sevilla, Virgen del Valle de la hermandad del mismo nombre de la capital hispalense, Virgen de la Victoria, cotitular de la Hermandad de las Cigarreras, Cristo de la Veracruz, en Las Cabezas de San Juan o Cristo crucificado, en el presbiterio de la Catedral de la Almudena.