“Hay algunas personas, que se dedican a jugar a mover la lenteja en diversos programas en los que conseguir una partitura, un formato que les haga o prepare otro, y nada, a jugar a hacer marchas, como si esto fuera un juego, a jugar a mover la lentejita para arriba o abajo con el ratón”.
Dicha afirmación fue escuchada por los participantes en una Mesa Redonda, Charla, o como quieran llamar, a la que asistieron grandes personalidades musicales de Andalucía. La realizó alguien con unos estudios musicales, titulación, preparación, en la cual se ha basado para tener algunas marchas en la Semana Santa de Sevilla, accediendo a componer para otras bandas, con menos renombre, nacidas en varias localizaciones de Andalucía y fuera de ella.
El mover la lenteja, como dice este compositor, cada día lo vemos más en muchos lugares, en algunas formaciones.
La pregunta está en el aire. ¿Hay que tener estudios musicales para hacer música? La armonía y la composición, dos materias importantísimas, sustentan el pensamiento de los que dicen que sin estudios musicales, no puede nadie componer nada.
Por otra parte otros se preguntan, ¿por qué para plasmar sentimientos en forma musical, hay que tener estudios musicales? Hay gente que se ha apoyado mediante una vaga estructura musical en algún que otro compositor, el cual, ha realizado los arreglos pertinentes a dicha melodía, convirtiéndola en obra.
El tiempo pasa. El otro día, en una charla con uno de los compositores tanto para formato de Banda de Cornetas y Tambores como para Agrupación Musical, y con el que bromeábamos en el estudio de grabación, entre broma y broma le hicimos la pregunta jocosa siguiente: “¿Para cuándo una marcha tuya clásica llena de blancas, redondas, incluso negras?” (risas).
Dicho compositor nos espetó: “Mirad, por ejemplo esto”, comenzando a tararear sin pensarlo una melodía. Al terminar nos dijo: “Yo, en 5 minutos puedo sacar una marcha clásica de toda la vida. La música procesional está en constante auge, innovación. Algún tonto por ahí diría, mira, tal compositor por fin ha compuesto algo bueno para esta banda, porque esta banda tiene que tener estas marchas clásicas. Las bandas, y más las grandes, en las que las pequeñas se miran, no pueden vivir del pasado, han de cuidarlo, apoyarse en lo que fueron, volver la mirada atrás para saber qué fuimos y comprender qué somos, pero nunca, nunca, han de anclarse en sonidos de hace décadas. La innovación, con el respeto que se merece, es el futuro, mañana, no se puede vivir del pasado, pues no tendrías presente”.
Nos quedamos más serios que un ajo. Nos miramos y dijimos, este hombre, sabe qué dice, y nosotros, lo vemos cada día.
Esta persona se ha formado por ejemplo con el día a día, investigando, probando, fallando, acertando, preguntando. La vida a veces es la mejor de las universidades, antiguamente algunos de los grandes compositores carecían de mucha preparación musical. Años en que las bandas surgieron con más y más fuerza, con marchas, algunas, que no eran entendidas, y ahora, son simplemente imprescindibles.
Con respeto, sabiendo para qué se compone, que algunos se apoyen en sus estudios, otros, en su preparación marcada por los años, la experiencia que a veces supera todo estudio. Que los que quieran mover la lenteja la muevan, y los que no, al menos sean respetuosos.
Me despido hasta la semana que viene, eso sí, lentejas, las de mi madre y mi abuela.
Fernando Blancas Muñoz