El Santísimo Cristo de la Humildad o del Gallo, propiedad de la Cofradía de la Piedad, y antiguamente procesionado por ésta cofradía, y posteriormente por la Hermandad del Santo Cristo de los Artilleros, es sin ninguna duda una pieza de primera categoría que incomprensiblemente se encuentra fuera de la Semana Santa vallisoletana. Una talla de sus características, su historia procesional y su calidad merecían su incorporación.
Ya desde el siglo XVI la Cofradía de la Piedad contaba con una imagen del Ecce Homo que sacaban en procesión bajo la advocación del “Santo Cristo de la Humildad”. Así consta en el libro de cuentas del año 1595-1596 una partida de doce reales por “haçer un andamio para poner la Ynsinia del hece omo”.
Contaba con sus propios mayordomos y hay constancia de que en 1655 lo era el escultor Francisco Díaz de Tudanca. Los materiales con los que estaba hecha esta imagen debían ser débiles, puesto que en 1636 se encomienda al pintor Diego Díaz su reparación “para que la adereçe lo que viere menester, por estar algo deslucida”. Este “Santo Cristo de la Humildad” salió en procesión hasta 1639-1640, no figurando ya en la planta procesional de la cofradía de 1642. Nuevamente en 1677 se hablaba de la “indecencia” en la que se encontraba esta imagen. Finalmente la cofradía decidió sustituir la imagen, para ello encargó en 1691 al escultor José de Rozas la realización de una nueva talla del Ecce Homo. Rozas se comprometió a que “haría perfecta y acavada una hechura de el Santo Cristo de la Humildad de cuerpo entero, sentado y en blanco, regulando su valor en 100 ducados”. La imagen debía estar acabada para el primero de octubre de ese mismo año.
Las advocaciones que se fueron adquiriendo fueron varias: “Cristo de la Humildad”, “Cristo de la Caña” o “Cristo del Gallo”. Esta última advocación procede de la escenografía con que iba acompañado, puesto que a los citados atributos se añadía un gallo que anunciaba las traiciones de San Pedro. El apodo más reciente fue el de “Cristo de los Artilleros”, porque una sección del cuerpo de Artillería, establecido en el antiguo colegio de San Ambrosio, le acompañaba con velas encendidas en la procesión del Viernes Santo.
Sin embargo, aquel templo no fue su ubicación inicial. La primera sede independiente de la Cofradía de la Piedad fue su iglesia penitencial, la cual estuvo entre las actuales calles de Fray Luis de León y López Gómez. Allí el Cristo se encontraba colocado en un gran retablo de columnas salomónicas en un lado lateral del templo.
Tras su derribo pasó, provisionalmente y en 1791, a la iglesia parroquial de El Salvador, siendo colocada esta imagen en el altar de la Virgen del Buen Suceso. De allí llegaron hasta la iglesia de los frailes hospitalarios de San Antón, en el cual permanecieron hasta que se cerró al culto esta iglesia en el siglo XX. Finalmente la imagen fue trasladada al Santuario Nacional de la Gran Promesa, adonde fueron a parar algunas de las obras de la iglesia de San Antón al desaparecer ésta.
No fue la única imagen que de esta advocación del Ecce Homo poseía la antigua Cofradía de la Piedad. Según indica Roberto Alonso la cofradía debió de tener hasta cuatro imágenes. Incluso en momentos de crisis (y fueron muy continuados desde el siglo XIX) era la única talla a la que recurrían los cofrades en las procesiones de la Pasión, cuando ya no se armaban los grandes conjuntos. El “Cristo de la Humildad” solía aparecer en el primer claro de la procesión, como indicaba Canesi. Se pudo apreciar en la famosa procesión del Viernes Santo de 21 de abril de 1810, la solicitada por el general Kellerman: “a las cuatro de la tarde llegó… y enseguida la de La Piedad con el Santísimo Cristo de la Humildad”. Y a pesar de que no se contaba con personas suficientes para portar los pasos a finales del siglo XIX, la cofradía de la Piedad continuó asistiendo a la procesión del Viernes Santo con esta imagen entre 1864 y 1908. Agapito y Revilla seguía confirmando su presencia en 1910 y 1911, aunque no se conoce el momento en que dejó de hacerlo. Incluso el citado Agapito y Revilla afirmaba en su libro de la Semana Santa (publicado en 1925) que un señor decía ser propietario de esta imagen, queriéndola vender, aunque los libros de Cabildos parecían demostrar lo contrario. Con la recuperación de la frecuencia procesional, liderada por el arzobispo Gandásegui, el “Cristo de la Humildad” fue alumbrado por los Artilleros (recibiendo también esta denominación). La talla posteriormente fue sustituida por la imagen del Ecce Homo de la Cofradía de la Vera Cruz, realizada por Gregorio Fernández como figura central del antiguo paso de La Coronación de Espinas.
La imagen participará en la Procesión de la Piedad, en la noche del miércoles Santo, que este año estrena formato, ya que la Cofradía de la Piedad pretende sacar tres pasos en su procesión titular, El Cristo de la Humildad, el paso de "Cristo de la Cruz a María" y la Virgen de la Piedad (Quinta Angustia).
Recordatorio La Cofradía de la "La Cruz Desnuda" de Valladolid incorporará una talla del siglo XVI el próximo Jueves Santo