Hoy es Domingo de Ramos. Hoy es ese día con cuyo amanecer usted sueña el resto del año. Hoy ha llegado el momento de vivir con los cinco sentidos la Pasión de Aquel que dio la vida por todos nosotros en la cruz.
Por ello, se recomienda:
- El cochecito de bebé, a ser posible, se deja en casa. Si no es posible, recuerde que el carrito sirve para transportar bebés y niños pequeños, no para fracturar tobillos del respetable ni para formar trincheras con ellos.
- El móvil, al paso de las Cofradías, sobra y solamente le servirá para perderse instantes que nunca volverán a pasar. Mejor guardarlos en la memoria.
- Olvídese de la puñetera silla plegable. Si usted no puede/no quiere caminar mucho ni hacer esperas a pie quieto, en la carrera oficial hay sillas a montones a un precio ridículo. De verdad, no merece la pena cargar con ella…
- Las pipas… mejor se las deja usted en casa.
- Un paso de Semana Santa se puede ver perfectamente a media distancia. No es imprescindible estar en primera fila ni empujar a los que lo están delante para que usted esté más cerca.
- Respete a los nazarenos. No se cruce entre sus filas. Y recuerde que hay una edad para dejar de pedir cera a los nazarenos.
- Es mejor y más beneficioso para las Hermandades y para la imagen de la ciudad en general participar en los cortejos vestido de nazareno que ir de “penitente” tras el paso comiendo, bebiendo, fumando y charlando. Por favor… a ver si nos enteramos de una vez.
- Disfrute de los cortejos. Hay muchos que son dignos de admirar.
- Asimismo, no olvide que no se aplaude a las Hermandades de negro.
- Lea las crónicas diarias de Gente de Paz. Y si no le gustan, hágase un favor a sí mismo y, al menos, no lea las de Luis J. Miranda… ya ustedes saben…
Disfrute, porque la Semana Santa es la fiesta de lo efímero y, en menos de lo que uno se imagina, todo habrá pasado y habrá que esperar todo un año para volver a vivir la Pasión en nuestras calles.
Marcos Fernán Caballero
