Blas Jesús Muñoz. San Rafael, además de buen Custodio, era comunista. A la vista de la situación actual en torno a diversos monumentos y/o templos, nada parece ya descabellado. Más aun cuando hasta cuatro ex alcaldes firman un manifiesto, también llamado.denuncia, para exigir lo mismo por lo que, en su día, no alzaron la voz ni lo reconocieron como problema.
Ahora 206 personas firman una denuncia con la simbología de una ley, soslayando que otra, aparte de las connotaciones éticas que se le quiera otorgar, valida la inmatriculación, más allá de los documentos olvidados, en las declaraciones a pie de juzgado, que demuestran a las claras a quién pertenece la propiedad del monumento.
Declaraciones de un ex alcalde que quedan muy bien para los noticieros de La Sexta y para que te inviten a los programas con tertulianos de poco nivel, donde cualquiera con algo de nivel es el Imperator. Es más no seré yo quien cuestione a Julio Anguita ni algunas de sus propuestas. Pero existen actitudes que llaman la atención.
Puestos a llamarla, en lugar de presentar una denuncia/manifiesto, bien podrían haberse preocupado cuando los señores Trigo, Anguita, Ocaña y Pérez tuvieron el bastón de mando. No era problema, tal vez, porque el problema de aquella Córdoba lo era la banda municipal y crear una Orquesta que vestía más y, a día de hoy, es deficitaria.
Era más importante el Triunfo que la realidad social de una ciudad a la deriva y que toda su preocupación estribe en la propiedad de una plaza. En que los mismos que abanderaron un partido pasen del nombre de Rosa Aguilar como si no hubiese existido, cuando uno de los cuatro fue su maestro. Que cuando hablan de propiedad municipal, en verdad, quieran hablar de abolición de la propiedad privada, pero en público -otra cosa es en una terraza de la Corredera- no tengan los arrestos porque quita votos y, cuando ostentaron el poder temían perderlo.
Al final siempre pierde la ciudad, pero qué más da. Da tan igual que, con la intención de redactar una noticia, me ha salido un artículo de opinión. Disculpen.