Enfoque: Mítines y cofradías, la Teoría General del Pensamiento Único

Blas Jesús Muñoz. Existe una raigambre costumbrista, como un cuadro de los años veinte del pasado siglo, que tiende a conectar a las cofradías y, en su caso, a los cofrades con la Teoría General del Pensamiento Único (TGPU). No son las siglas de un tribunal superior, aunque en estos tiempos en que hasta los polleros tienen sus propias siglas no resultará extraño que se utilicen en este supuesto.

Dentro de la TGPU, entre las corrientes que la alimentan y nutren como a un recién nacido se halla la de lanzar soflamas, o sea, mítines en cualquier acto cofrade. Ningún político de la TGPU desaprovecha esa oportunidad, acompañada de una habilidad especial para salir sonriente en todas las fotografías. De hecho, si en el acto dos chavales, por así decir, se echan una foto en un rincón del recinto, como una cara de Bélmez de la Moraleda aparecerá la del político de la TGPU.

En pre o campaña electoral qué les voy a contar. Si una hermandad presenta los actos de su aniversario el alcalde de la TGPU -el mismo que durante tres años estuvo missing en los actos importantes- aparece como mesías salvador de la patria chica. Ocurrió en pre-campaña, ya metidos en harina al político de la TGPU (aunque sea de segunda línea) no le importa ni que se trate de un concierto.

Se va al concierto y aprovecha mejor el hueco que Iniesta para soltar el pase en el momento preciso. El problema estriba en que, normalmente, el político es más del corte de Sami Khedira y le cuesta dar el pase porque es más de cortar el juego con faltas tácticas. Por eso, se apercibe de que un concierto de marchas procesionales en el interior de una iglesia no está para esos menesteres y sí para imbuirse de la proximidad de la Semana Santa que, créanme, es lo que debería preocupar al cofrade.

Sin embargo, no se ofusquen porque este domingo acabará la primera parte de la campaña y bajará la intensidad de la TGPU. No demasiado porque en mayo viene la segunda parte. Aunque el 22 también habrá clásico y, tal vez, en los sondeos a pie de urna Khedira se convierta en Iniesta, o a la inversa. Pues en política, por desgracia, como en cofradías hay pocos estilistas y mucho destructor del juego.


@BlasjmPriego
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