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viernes, 17 de abril de 2015

Comunicado del Hermano Mayor de los Gitanos por los sucesos de la Madrugá


Blas Jesús Muñoz. Pasado un período de tiempo recomendable, desde los sucesos acaecidos durante el desarrollo de la Madrugá sevillana de 2015 donde volvieron a reproducirse las, tristemente, famosas carreritas, el Hermano Mayor de los Gitanos, José Moreno Vega, se ha dirigido a sus hermanos a través de una comunicación publicada en la web de la corporación de San Román.

Una misiva en la que se lamenta por emitirla ante tales circunstancias y en la que muestra su solidaridad por cuanto aconteció a la Hermandad del Silencio. En la misma, también se hace eco de las reuniones mantenidas con la corporación municipal. Toda vez que relata la sucesión de acontecimientos que tanto él como la junta de gobierno fueron viviendo.

"Todos estos hechos son ajenos a la hermandad pero junto con mi Junta de Gobierno, os pido perdón y comprensión (...)  ¿qué arreglo tiene esto?, reflexión a los sin nombre ni apellidos, que los tienen pero no los conozco. Tenéis derecho a vuestra manera de divertirse y a respetarla pero eso no es el entorno del centro de Sevilla porque las tradiciones de nuestra ciudad se están desarrollando durante una semana en ese entorno". 

Ésas son algunas de las reflexiones que Moreno Vega lanza en la comunicación que, a continuación, les reproducimos:


Comunicado

Dirigirme a mis hermanos siempre es un placer pero en este caso es un lamento ya que si no hubieran ocurrido los desagradables incidentes que tuvimos que soportar la pasada madrugada, no tendríamos que lamentarnos.

Sí quiero, desde estas líneas, solidarizarnos con nuestra queridísima Hermandad del Silencio por los graves incidentes que tuvieron que soportar en su estación de penitencia, nuestro cariño y apoyo y lamentarnos de lo sucedido.

El Sábado Santo, el Alcalde mantuvo a pié de calle una conversación conmigo sobre lo sucedido a nuestra Hermandad. Pocos días después nos citaron a los Hermanos Mayores de la Madrugada  y allí hice más extenso lo padecido en nuestra estación de penitencia enviándole al Jefe la Policía Local imágenes de lo que yo expuse. Amablemente, este señor me agradeció las imágenes enviadas para tener más conciencia de lo padecido en la noche. Si ya es dura una estación de penitencia que dura 12 horas, ¿cómo de dura es acompañada del miedo que crea tal situación?. Acompañados tenemos que ir de Dios dando luz a nuestro Cristo y a Su Madre, acompañado es ir con nuestra penitencia, acompañado es ir con la dureza de dicha estación pero con la esperanza de tener la satisfacción de haberla cumplido.

Mi estación de penitencia no la puedo cumplir como me hubiera gustado siguiendo los consejos que tan cariñosamente el señor Arzobispo nos aconsejó por la mañana en la visita realizada a nuestro templo.

Se transforma mi estación de penitencia y la de mi Junta de Gobierno en gran preocupación por las noticias que nos iban llegando. Se inicia la situación desagradable en la calle Verónica y llega hasta Gallos y en Matahacas lo padecen varios tramos de la Virgen y llega a nuestra Banda de Cristo que deja de tocar ante tal situación. Miembros de Junta van hacia atrás y se encuentran la desagradable sorpresa de músicos que han sido arrollados y tirados en el suelo y el pánico no es para menos en sus cuerpos pero se recomponen para seguir tocando al Señor de la Salud. Los nazarenos siguen adelante pero me informan que algunos se tienen que ir para sus casas malos y los cuerpos cortados, ¡qué lamentable las ilusiones rotas de unas personas que llevaban un año esperando este momento!

Por un sin sentido que no tiene ni nombre ni apellidos.

Al rato nos llega la noticia desagradable de avalancha en las setas y esto le coge a nuestra Cruz de Guía y a nuestros niños de la Banda, ¿cómo le explicamos a nuestros niños lo que está sucediendo?, ¿cómo se tienen que sentir esos padres? Me dijeron que algunos padres, presos de una situación tan desagradable los iban a retirar, mi respuesta fue que si tuviera a mis nietos en esa situación, también acompañaría a esos padres a llevar a nuestros niños a casa,  para colmo, se extravían dos niños y aparecen en la Catedral. Señores sin nombre ni apellidos. ¿Se imaginan esos dos niños lo que pasarían?, ¿se imaginan esos delegados buscándolos?, pero, ¿os podéis imaginar a esos padres?, ¿qué les digo a estos padres y a toda una banda compuesta por niños?.

Todos estos hechos son ajenos a la hermandad pero junto con mi Junta de Gobierno, os pido perdón y comprensión. Esto no es lo que habíamos pensado para estos angelitos. Sin nombre y apellidos, ¿qué ganamos con esto?.

La mañana fue otra cosa, disfrutamos, pudimos recomponer nuestra estación de penitencia y entramos felizmente en nuestro templo.

Desde lo más hondo de mi corazón y de mi Junta de Gobierno, doblemente felicidades por vuestro comportamiento a todos los componentes del cortejo y a nuestra hermandad que nos rodeaba.

Por último, ¿qué arreglo tiene esto?, reflexión a los sin nombre ni apellidos, que los tienen pero no los conozco. Tenéis derecho a vuestra manera de divertirse y a respetarla pero eso no es el entorno del centro de Sevilla porque las tradiciones de nuestra ciudad se están desarrollando durante una semana en ese entorno.

Por favor, pensad en esos niños, en esos padres, en esos cortejos y en ese miedo que se hace colectivo y puede pasar una desgracia. Respetemos a los que no sienten nada por esto. Pero respeten ustedes los sentimientos de un pueblo, seremos felices todos, ustedes en vuestro entorno que respetamos y nosotros en el nuestro que tenéis que respetar.

Los que quedemos se nos romperá el alma y nuestros sentimientos los tendremos a flor de piel viendo pasar a nuestro Señor del Gran Poder, nos embriagaremos al paso de la Virgen de la Concepción rodeada de azahar, se nos irá la mirada hacia la dulzura  de la Virgen de la Presentación, se nos caerán las lágrimas al paso del Señor de la Salud con “Consuelo Gitano”, difícilmente en esta situación pueden existir peleas, carreras, miedos.

Esta es nuestra ESPERANZA, te lo pedimos con fuerza con aire de Triana.

Los cofrades de Sevilla vivimos pensando que esto tiene arreglo. Vivimos con esta ESPERANZA que inunda a nuestra Sevilla desde un arco macareno.







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