Blas Jesús Muñoz. Con la naturalidad de una estampa acostumbrada, que siempre estuvo, que siempre fue, la Virgen de la Quinta Angustia presidía su primer domingo en la Iglesia de la Merced.
A una semana vista, del traslado que se produjera desde el templo de San Miguel y con la emoción aun anudada en los corazones, la Titular Mariana de la Pro Hermandad que lleva su nombre era objeto de veneración por parte de numerosos fieles.
Ante Ella se congregaron y ante Ella dan cuenta de la vitalidad de una corporación que sigue dando pasos precisos en su avance. Y cuyos retos siguen presentes y, poco a poco, cada vez más cerca.