Antonio Maya Velázquez. La Real e Ilustre Archicofradía del
Santísimo Sacramento, San Bartolomé Apóstol y Ánimas Benditas del
Purgatorio, no fue una entidad creada de una sola vez, sino que fue
fruto de una serie de fusiones que se llevaron a cabo a lo largo de más
de 5 siglos. Para entender esto, tenemos que explicar antes de dónde
provienen las hermandades, que tras numerosas fusiones y hermanamientos
dieron lugar a lo que en el siglo pasado se conocía como Sacramental del
Salvador.
La Real Parroquia del Salvador y
Santo Domingo de Silos, vulgo de la Compañía, es el fruto de la
unificación de dos parroquias fernandinas datadas del siglo XIII. Estas
parroquias iniciales eran la desaparecida Parroquia del Salvador
(Salvatoris mundi), ubicada según fuentes en las proximidades de la
confluencia de las actuales calles Alfonso XIII y Capitulares; y la
Parroquia de Santo Domingo de Silos, sede del actual Archivo Histórico
Provincial, y ubicado en la Plaza de la Compañía frente al colegio de
las Reales Escuelas Pías.
Llegado ya el siglo
XVIII, el rey Carlos III expulsa a la Compañía de Jesús de sus reinos,
hecho llevado a cabo en el año 1767. Ante este suceso el Colegio jesuita
de Santa Catalina de Córdoba, y por consiguiente la fábrica de su
templo, queda vacío y sin uso. Aprovechando su desuso, el obispo
Baltasar de Yusta y Navarro decide suprimir las parroquias del Salvador y
Santo Domingo de Silos, reuniéndolas en el antiguo templo de los
jesuitas, por considerar los anteriores de menor rango y categoría, y
por no perder la magnífica fábrica de Hernán Ruiz II. Trasladando así al
nuevo templo parroquial todos los bienes muebles, inclusive los
retablos, y las Cofradías existentes de ambas parroquias, llevando este
hecho a cabo en el 1782 y consiguiendo para la nueva parroquia la
protección real del monarca Carlos III.