Lívida Azucena. Flor que al firmamento perfumas de Santidad. Madre de dolor terrenal y consuelo celestial. Pequeño patio encalado, visión de niño ante un azulejo de azules, amarillos y verdes, representación del más profundo desconsuelo. Solemne, vestida con el manto de la atardecida, perfil de diáfanas amanecidas. La brisa se torna caricia que enjuga la mirra de tus lágrimas.
Calvario de tres caídas, redención en cuatro clavos, costado del ungido que muestra la Gloria, manos de madre que abraza la Pasión. Sentimiento de Córdoba postrada ante ti, Virgen y Señora, de ancestrales ecos que musitan oraciones de cera, promesas que se elevan hasta tu corazón.
Calvario de tres caídas, redención en cuatro clavos, costado del ungido que muestra la Gloria, manos de madre que abraza la Pasión. Sentimiento de Córdoba postrada ante ti, Virgen y Señora, de ancestrales ecos que musitan oraciones de cera, promesas que se elevan hasta tu corazón.
José Antonio Guzmán Pérez