Blas Jesús Muñoz. Hemos -o estamos- llegando a la culminación de una semana mágica, donde buena parte de las Vírgenes coronadas de la diócesis se han concitado en la capital cordobesa de cara a la celebración del Regina Mater. Una semana donde la Virgen de la Sierra, no cabe duda, ha dejado estampas que Córdoba siempre recordará.
Este
viernes día 26, en la intensa previa del evento, María Santísima de la
Sierra se hallaba en devoto Besamanos para la adoración de fieles y
devotos. Un ejercicio devocional que congregaba en la Parroquial de la
Trinidad a un grandísimo número de personas.
La
Santísima Virgen, como en las jornadas precedentes, había sido ataviada
para la ocasión, en este caso con el fabuloso manto que diseñara Rafael
de Rueda para la Coronación y que ejecutara con absoluta pericia
Francisco Pérez Artés.
Si han observado con
atención, en la parte trasera se puede leer la leyenda "Orgullo de los
egabrenses". Una pasión y un orgullo que reafirma lo vivido estos días y
que hace trascender la devoción a lo geográfico para alcanzarnos y así
saber que la Virgen de la Sierra es orgullo de la ciudad.
Fotos Fernando Castro