Blas Jesús Muñoz. Son muchos los recuerdos, los detalles, los instantes -previos y vividos- que la celebración del Regina Mater ha
dejado para siempre en la ciudad, en sus calles y en sus templos. Todo
ello, sumado a la relación intensa de convivencia entre las hermandades
que vinieron y las que ejercieron de anfitrionas.
Una
de las que acogió con hospitalidad a dos corporaciones, no fue otra que
la Hermandad del Huerto, la cual acogía tanto a la cordobesa Hermandad
de Linares como a la de Nuestra Señora de Gracia de la localidad de
Benamejí.
Una relación, durante los días
previos a la celebración de la Magna Mariana, que ha dejado una huella
fraternal intensa entre estas tres corporaciones y que ha dejado su
simbólico testimonio tanto en el regalo de las medallas de ambas
corporaciones como el de un Rosario para la Virgen de la Candelaria por
parte de la mencionada Hermandad de Linares.
Así
las cosas, la corporación del Domingo de Ramos cordobés ha querido
expresar públicamente el orgullo que haber recibido dichos presentes
suponen para ellos. Toda vez que ponen en valor "la lección de saber
estar que han demostrado en los días previos, sin duda, hemos aprendido
mucho de ellos".