Blas Jesús Muñoz. Como en un mercado de fichajes soterrado, la figura del capataz se suele ver sometida a los anhelos del hermano mayor de turno o de los aspirantes a serlo. Recurrente en campañas electorales, algunos candidatos hicieron bandera de ellos o, elegir en su proyecto algún nombre, les valió para que sus detractores salieran en legión. A continuación, en esta primera entrega les ofrecemos alguna curiosidad interesante.
Un hermandad del Martes Santo abrió un proceso electoral. Uno de los candidatos eligió el nombre de dos capataces de dilatada trayectoria para ocupar la responsabilidad de los dos llamadores de la corporación. Los dos siguen en activo y uno de ellos era y es bastante mediático.
El candidato no alcanzó, por diversos motivos, los votos necesarios. El capataz mediático fue objeto de aguda crítica por parte de los vencedores que, curiosamente, meses después barajaron la posibilidad de nombrar al criticado capataz como titular de uno de los martillos. Desconocemos que respuesta les hubiera dado, mas probablemente no hubiera sido positiva...
El otro capataz, paradójicamente, ahora es responsable den una cuadrilla del mismo día de la Semana Santa. Caprichos del destino.
