Todos los que formamos parte, de una u otra manera, de lo que se ha convenido en denominar piedad popular lo sentimos, pero sin duda un apartado especial se halla reservado para un grupo de elegidos. Los vestiditos pertenecen al mismo y poseen el tesoro, no ya de expresar su arte al servicio de la imagen, sino de encontrarse a solas con ella.
Manuel Jiménez seguramente es miembro de ese grupo y, durante su dilatada experiencia, ha conseguido el reconocimiento de una labor que busca en la naturalidad el punto de partida de la esencia. De tal manera que las imágenes nunca parecen vestidas, como si ellas mismas cobrarán vida a través de sus manos para adornarse ante el pueblo fiel.
No es sencillo este Arte, del que Manuel Jiménez es uno de sus poseedores. Como tampoco lo es seguir ejerciendo y ser reconocido por diferentes juntas de Gobierno. Un nombre tan propio como reconocible en tallas tan venerada como la de Nuestra Señora de las Angustias.
Recordatorio Con Nombre Propio: La Hermandad del Caído