Blas Jesús Muñoz. El año que hoy finaliza ha dejado
numerosos momentos tanto para el recuerdo como para la valoración.
Algunos han sido brillantes, mientras que otros bien merecen pasar al
olvido, pero no de una manera anónima para que no vuelvan a repetirse.
Diez. El sobresaliente podría ser compartido por varias
personas e instituciones. La Hermandades del Perdón, la Agonía, Cena y
Merced, entre otras, han seguido perseverando en sus respectivas líneas
de crecimiento y consolidación. Además han presentado proyectos más que
interesantes de cara a un futuro que se antoja prometedor y que, por
ello, merecen la mejor de las calificaciones.
Nueve. El otro escalón del sobresaliente lo merece el
Presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Gómez Sanmiguel.
Bajo su mandato se ha conseguido un hecho histórico que será recordado
por generaciones. Todas las cofradías harán estación de penitencia en la
Catedral y un hecho así es tan extraordinario que merece el
reconocimiento de la nota.
Ocho. Rafael Muñoz Cruz alcanza el notable alto por la
exquisita actitud mostrada frente a la destitución como capataz de la
cuadrilla de la Paz. Elegancia y saber estar, que tanto se echan en
falta en estos tiempos.
Siete. Nota alta para quienes tuvieron que ver con el
Regina Mater, especialmente, para quienes tuvieron que ver con la
retransmisión de la Magna, dando un ejemplo evidente de que cuando se
llama a las personas adecuadas, sí se puede.
Seis. Las bandas cordobesas viven un momento dulce que se
han ganado a pulso. Para ellas todo el ánimo para seguir trabajando así y
la nota que lo refrenda.
Cinco. También aprueban las hermandades que realizaron
salidas extraordinarias, si bien algunas como el Caído merece más nota y
otras un poco menos.
Cuatro. A la sección cofrade de ABC de Córdoba por escribir
de cofradias todo el año. Cuando logren ser capaces de dar noticias en
la franja horaria de la Península y no en la de Canarias tendrán el aprobado. A unos
"profesionales" se les debe exigir mucho más y que estén al mismo nivel
que otros de la casa.
Tres. Francisco Alcalde se ha ganado con su ambigüedad,
nadería y amnesia cofrade un suspenso claro que, probablemente no le de
ni para aprobar en septiembre de 2016.
Dos. Isabel Ambrosio destaca por tener menos salero que un
irlandés en la República del Congo. A ello hay que sumar sus indecisiones ante las cofradías, la falsa imagen de centralidad que
intenta proyectar y la descarga de responsabilidad en otros de la que le
es propia.
Uno. Rosa Aguilar ya se ganó el suspenso como alcaldesa, lo
que sucede es que no habíamos llegado aun para dárselo. Ahora, a ella
que le gusta tanto el protagonismo, se ha convertido en una de las
actrices principales de las peores notas del año.
Cero. El Icomos y Pedro García han batallado por el otro
número absoluto de la calificación. No se puede hacer un informe tan
poco científico sobre el uso de un monumento, como tampoco se puede
tener tan poco nivel para ser representante municipal ¿O sí?