Suspira el querubín cuando mira desde su nube las igualás que nacen, crecen, se reproducen y mueren cuando llegan los ensayos. Pero sabe que antes del primero llegará la igualá y a un costalero no lo dejarán fajarse como cada año.
Suspiros alados por un costalero indiscreto que habló mucho dentro de los muros de un convento, sin saber que la edad a veces no da tablas para saber que a veces si callas no te señalan y se inventan una norma discreta para invitarte a marchar.
Suspira el Ángel porque sabe que eso no se votará en un Cabildo y si aprobaciones relevantes que en público son por aclamación y en privado cuentan que hubo pocos votos de distancia, mucha menos de la que hay hasta donde tendrán que ir, o volver.
Joaquín de Sierra i Fabra
Recordatorio El Suspiro del Ángel: Ni va ni viene