Ya ha comenzado un Año Nuevo para todos. Ya queda atrás el 2015, que gracias a Dios, se queda en el pasado, aunque los recuerdos siempre estarán ahí. La verdad sea dicha que no fue el mejor año en muchos aspectos, pero en otros la verdad que sí. Y son estos los que voy a recordar porque los malos quedaron atrás como dije antes y no perderé mucho tiempo con ellos.
Desde estas líneas voy agradecer a todos aquellos que me hicieron un poco más agradable un año duro, muy duro. Y así lo voy a hacer porque como el buen vino se me queda en la memoria la “Madrugá” del 2015, con la cuadrilla de la Reina de los Mártires. Enorme el compromiso de esa cuadrilla con la Reina, con el equipo de capataces y con ellos mismos.
Seguramente no seamos la mejor cuadrilla de Córdoba -que para mí si lo es- pero seguro que somos la mejor cuadrilla de la Reina de los Mártires. En Córdoba hay grandísimas cuadrillas y cada día mejores, pero me quedo con el sabor añejo de aquellas cuadrillas con las que comencé y que se sigue respirando en esta. Y porque digo esto. Por la sencilla razón de la entrega, la humildad, el compromiso, el compañerismo, la ilusión, la amistad, el esfuerzo, la gratitud, el amor a su Madre y el respeto a todos los que vienen y para los que no vienen.
Encantado de haber compartido con ellos estos nueve años ya. Grandes momentos y menos buenos, alguno con muchas dificultades pero con un saber reponerse a esos malos momentos con una entrega y humildad que es para resaltar con mayúsculas.
De otro lado a mi cuadrilla de San Sebastián de los Ballesteros, tanto en la primera salida procesional con su patrón, San Sebastián, como con su Nazareno y el Señor orante en el huerto. Que momentos tan entrañables de una cuadrilla que se sacó de la nada en técnica y sapiencia costalera, pero que hoy en día, cada año se va a mucho mejor y con esas ganas de aprender y de llevar a sus Titulares al cielo, te motivan para seguir con ellos hasta que ellos quieran que yo siga con ellos, aprendiendo de ellos y aprendiendo de mí. Todos vamos a una, y sin esa cuadrilla de corazones eballenses sería imposible poder disfrutar tanto en esas noches heladas en la localidad cordobesa, a la cual guardo y guardaré tanto cariño y vivencias en mi corazón.
Así, me llegó la noticia por medio de D. Lorenzo de Juan, capataz que cuenta conmigo y mi labor, la buena noticia de que era el capataz elegido para sacar a la Patrona de Córdoba, tanto en la Magna Mariana, Regina Mater, como en la salida procesional de la Patrona en su festividad.
Allí en la primera salida se juntaron dos cuadrillas, de distintos pasos o de distintas cuadrillas y se juntaron una serie de buenos costaleros que lo demostraron en aquella noche tan calurosa en nuestra Córdoba católica, cristiana y cofrade le pese a quien le pese. Se demostró que hay grandes capataces llevando los pasos en Córdoba, pero esos grandes capataces son grandes además de su saber estar, mandar y gobernar a las cuadrillas, por tener esta emulsión de costaleros que al final si no es por ellos no sería posible. Es de agradecer a todos ellos la magnífica tarde noche que nos dieron aquel día que quedó en la historia de la ciudad. Otra jornada histórica que se quedó grabada en mi historia en el mundo de las hermandades y cofradías, y más aún en mi mundo del costal y el traje negro.
Al igual que la salida procesional en la Festividad de Ntra. Sra. de la Fuensanta, con un ambiente muy enrarecido por culpa de los distintos partidos políticos que intentan gobernar a nuestra ciudad, poniendo en contra del mundo católico y cofrade a la sociedad cordobesa con sus continuas mentiras y sus desaprobadas fechorías, que ellos solo hacen y entre ellos mismos se contradicen los unos a los otros.
En esa jornada que pareció estropearse a causa de unas gotas que cayeron instantes antes de la salida procesional, que la Córdoba Cofrade demostró acompañando a su Virgen pequeña de la Fuensanta lo que es el Amor hacia sus devociones y sus creencias. En esta otra procesión con menos cuadrilla, en parte por las medidas de un paso de dimensiones más reducidas y un poco raras, volví a disfrutar de otra procesión. Allí se volvió a demostrar por parte de la cuadrilla de costaleros y del equipo de capataces por lo que se estaba allí y con la devoción y entrega que se hizo. Y para momento inolvidable la entrada a la plaza del Santuario de la Virgen, cantando al unísono la marcha Encarnación Coronada, la feligresía, la comitiva -con una representación como pocas veces se vio- los capataces, la cuadrilla y la banda que aun cuando lo recuerdo se me estremece el alma y el bello se pone como escarpias. Otro homenaje a esa cuadrilla por esa tarde noche que nos volvieron a deleitar con sus maneras y formas de costaleros bendecidos por Nuestra Señora de la Fuensanta, dos veces en un mismo año.
Para acabar no quiero olvidarme de una cuadrilla que ya este año no acompañé. Les pido perdón por no ir a verlos, pero espero que entiendan que era muy difícil, el poder contener los sentimientos hacia ellos por los años que compartimos juntos tanto cuando iba debajo con ellos, creo que fueron veinte años de costalero y después otros siete u ocho de contraguía. Siempre os llevaré en mi corazón y lo sabéis. Espero que entendáis que era muy duro y podáis perdonarme.
Así que sólo desearos a todos tanto los que comparten mis ideas como los que las critican, que eso es así y más aún para el que escribe sobre la actualidad cofrade de nuestra ciudad, con su firma y no bajo un pseudónimo que el que quiera dialogar conmigo lo podrá hacer sin faltas de respeto hacia ninguna de las partes. Como decía desearos un Feliz Año Nuevo, que este año nuevo como se suele decir, sea mejor para todos, aunque eso es muy complicado. A mis cuadrillas solo daros las gracias como decía ese famoso capataz al terminar su salida procesional “escucharme las tres cosas que os tengo que decir: la primera GRACIAS, la segunda GRACIAS y la tercera GRACIAS”.
Pachi Giraldo