Para situarnos en los antecedentes conocidos, la corporación del Miércoles Santo fue la última en incorporarse a la nómina de las cofradías que transitan por carrera oficial y su recorrido es el más amplio de las hermandades de la capital cordobesa. Tal es así que se ven obligados a realizar parte del mismo sin costaleros y, por tanto, a ruedas.
Así las cosas y cuando sería lógico pensar que la cofradía tendría las objeciones lógicas a ampliar un recorrido ya de por sí extenso, el paso por el primer templo de la diócesis no ha hecho sino dar muestra del empeño, tesón y voluntad de unos cofrades que han visto en la Catedral una meta y una finalidad.
El aumento de su horario no ha sido obstáculo, así como tampoco han pesado las trabas normales de un cambio tan sustancial que afecta, más allá del plano individual, a todas las hermandades de cada jornada. En consecuencia, a lo largo de estos dos meses la Hermandad de la Piedad ha construido desde la aceptación un sueño que se verá cumplido este próximo Miércoles Santo.