Blas Jesús Muñoz. La tipología del costalero ha dado lugar a numerosos análisis y crítica -en positivo o negativo-. De arte, devoto, hermano, profesional, aficionado con devoción o de oficio, de lo que no cabe duda es de que su figura no deja indiferente. Como también esta fuera de la sospecha que, cuando el hombre da el paso al frente de poner en juego su pellejo por llevar a Dios o a su Bendita Madre, más allá de cualquier otra connotación, el costalero se entrega para siempre a un fin superior.
Este concepto siempre se entendió, sin palabras ni explicaciones, y fueron muchos los que hicieron de sus vidas un monumento amoroso hacia imágenes y devociones. Aun ejercen algunos, como Rafael Lozano, que este viernes día 22 se pondrá a los pies de su Virgen de la Candelaria a la que exaltará con unas palabras que, a buen seguro, contendrán la parte imprescindible de los años que lleva formando parte de su cuadrilla.
Será a las 21:00 horas en San Francisco, donde recuerdos, emociones y experiencia se den la mano en la figura de Rafael para cantar a la Santísima Virgen una melodía que sólo puede entonar quien ha vivido y ve parte de esa experiencia. Décadas entregadas a las trabajaderas de la Reina de Francisco. Décadas ofrendando a la Candelaria el ser completo de un hombre.
Recordatorio El Prendimiento sienta las bases de su futuro