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sábado, 13 de febrero de 2016

La Crónica: Así les narramos el Vía Crucis bajo la lluvia


Redacción. Nos alcanza el primer sábado de Cuaresma con la mirada puesta en la Catedral y en la celebración del primer gran acto de los que aguardan por celebrarse en el primer templo de la diócesis. Venimos de un año especialmente tenso, toda vez que feliz. La negativa continua a la apertura de la segunda puerta ha tenido como gozosa respuesta que la totalidad de las hermandades acudan a Santa María de la Asunción la próxima Semana Santa. No es un diario apresurado ni una sucesión coyuntural de acontecimientos, pues más de una veintena de las treinta y siete que procesionan ya se adentraban por las arquerías de la antigua Basílica de San Vicente.

Con el Año de la Misericordia en plena celebración jubilar, quién mejor que el Crucificado que lleva su nombre en San Pedro para atravesar la Puerta Santa y marcar el inicio de una de las Cuaresmas que hace mejor honor a su vigilia por parte de los cofrades cordobeses.

La mañana amanece con la oscuridad climatológica que invita al recogimiento. Y, sin embargo, no hay solución de continuidad para las cofradías que ya anuncian por redes sociales su mmasiva poarticipación en el piadoso acto de culto. Los últimos meses, todo sea dicho, han servido para unir a los cofrades cordobeses en torno a una causa, a un deseo de ser respetados sin cortapisas, y ello se hace patente en la respuesta de las diferentes corporaciones a los actos de culto conjuntos.

A primera hora de la tarde, una lluvia fina comienza a calar la expectativa de ver al Crucificado del Miércoles Santo adentrarse por el Patio de los Naranjos. Poco importa, las hermandades han hecho acto de presencia dispuestas a rendirle honores en el templo que bautizara a Juan de Mesa. Sin embaro, el cortejo se forma y se abren las puertas de San Pedro. El cortejo comienza a definirse y caminar con cirios en una estampa que muestra una determinación sin paliativos.


Con el cielo encapotado el Santísimo Cristo de la Misericordia atraviesa el umbral de la Basílica Menor de San Pedro para dirigirse hacia la Santa Iglesia Catedral. La amenaza de lluvia está en el aire, pero según fuentes consultadas habría dispuestos varios puntos de refugio y siempre cabría la posibilidad de cubrir al Cristo con plástico para que no resultase dañado en caso de lluvia.

Pese a que la tarde no invitaba a suponer que el Santísimo Cristo de la Misericordia presidiría el Vía Crucis de las Hermandades en el interior de la Santa Iglesia Catedral, finalmente la Hermandad de San Pedro se ha echado a la calle y ha alcanzado el interior del templo catedralicio. Eso sí, con una nutrida representación de las cofradías cordobesas que contrastaba con la escasa afluencia de público en las calles, a causa del mal estado del tiempo.

Aun así, el Vía Crucis de la Agrupación se ha celebrado en la Catedral para abrir el tiempo que desembocará en el paso de todas las cofradías de la ciudad por el templo, dejando una Semana Santa para la historia de Córdoba, precisamente en el Año de la Misericordia que decretará el Papa Francisco y ante la Puerta Santa.

El regreso a San Pedro se produjo de una manera, cuanto menos peculiar. La talla del crucificado salía de la Catedral envuelta en plástico. Tal vez, haya quien pueda valorar que la escena es desafortunada, máxime cuando todas las previsiones anunciaban lluvia y se podría haber evitado una instantánea que sin duda será recordada por la Córdoba cofrade.



Recordatorios 

La Crónica: La Misericordia se arriesga a ir a la Catedral

Primeras imágenes del Cristo de la Misericordia en la calle

Misericordia llega a la Catedral





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