Llevo unos cuantos días cavilando cuán necesaria era la llegada del trío de fuerzas giliprogres perrofláuticas al gobierno de nuestro esperpéntico consistorio para incorporar a nuestra ciudad la celebración de tanta raigambre en la misma como pueden ser las fallas. Si usted es foráneo ha leído bien. En Córdoba este pasado fin de semana ha habido un simulacro de fallas para celebrar la llegada de la primavera. Chabeli -la alcaldesa-, Pedrito Jones y los podemitas son así de rumbosos... qué quieren que yo les diga.
Y aún a pesar de todo podemos dar gracias de que estos ingenios que nos gobiernan son antitaurinos, porque lo mismo nos encontrábamos en agosto (porque aquí las nuevas fiestas se posponen un mes para no eclipsar la celebración de las originales) con encierros en la ciudad con inicio en la calle del Toril y con la Espartería como la nueva calle Estafeta. Entonces consideré que, bien pensado, no estaría mal implantar unos nuevos San Fermines sustituyendo a toros por perros a los que se les podría poner una flauta en la cabeza adherida con cinta aislante simulando un pitón. Ya casi podía ver las portadas de Godópolis: Atropellado primer encierro, 4 heridos por flauta de perro. Sí, señor Alba, me estoy partiendo el pecho a costa de su medio de ¿comunicación?
Estaba a punto de escribir una carta a Pedrito sugiriéndole mi nueva idea festiva para la ciudad cuando, entre mis manos, vi la foto del propio Pedro García en su visita semanasantera a La Habana coincidiendo, qué cosas, con la presencia de Obama en la misma: ¡maldita contraprogramación yanqui a nuestro líder comunista! El hecho es que ahí estaba mi Pedrito. En pantalón corto y camiseta corta, ante el retrato del Che, luciendo sus portentosas lorzas comunistas por la capital cubana... Pedrito, amigo: ¡esos michelines hay que cuidarlos, que te han costado un dinero! ¡Porque está claro que esas carnes las has criado comiendo bien, hijo! Tristemente parece que allí en Cuba no se debe comer tan bien como en Córdoba cuando hemos tenido la puta mala suerte de que Pedrito vuelva de ese paraíso de libertad y prosperidad que es Cuba. Ya se sabe: nadie huye nunca del paraíso.
Así que aquí me tienen, dándole vueltas a la cabeza a ver si se me viene a la mente otra fiesta que proponerle a nuestros políticos locales. ¿Creen que unas carreras de sacos por parejas en las que los dos integrantes de cada equipo vayan atados por sus respectivas rastas tendría éxito y atraería visitantes? El premio para los ganadores podrían ser 5 litronas de cerveza... Porque está claro que algo hay que buscar. También podríamos abrir los museos y el Alcázar en festivos, pero los funcionarios y sus sindicatos no quieren y que se contrate a empresas privadas es una aberración que Pedrito, con la aprobación de Chabeli, ya se encargó de "solucionar".
Marcos Fernán Caballero