Suspira el querubín entre las nubes en estos tiempos difíciles en que vivir es un arte de palabra y las palabras hay que unirlas para llenar una hora tanto que alguien se agobió y dijo que no y no fue el primero en decirlo.
Suspiros alados que recuerdan una mañana fría en que sufrió otro no a la palabra, con palabras suaves y cálidas de mujer para declinar la oferta que quería apalabrar y aquel no le dejó sin palabras.
Suspira el Ángel porque sabe que desde las ondas hay fotos que antiguamente delataban al intermediario que intercedió entre las ondas para recibir el cero por respuesta a las palabras que volvieron a ser no porque juntarlas es caro.
Joaquín de Sierra i Fabra
Recordatorio El Suspiro del Ángel: La cámara no te quiere